Y Este 18 de Marzo Habrá Cuentas del Gran Capitán

Por Nidia Marín

El retorno de las cuentas del gran capitán es pasado mañana. Y una vez más el elegido hurgará en todo lo que pueda para lograr un parecido con quien fuera el gran héroe del petróleo mexicano, Lázaro Cárdenas del Río, aunque aquella hazaña iniciara desde hace poco más de un siglo y se haya concretado hace 83 años.

Si bien “Tata” Lázaro fue el héroe principal, los trabajadores petroleros también realizaron lo que les competía, al integrarse en un sindicato el 27 de diciembre de 1935 (a un año de haber llegado al poder el michoacano). Así, el Sindicato de Trabajadores Petroleros, 32 días después se integró al Comité Nacional de Defensa Proletaria, antecedente de la que sería la Confederación de Trabajadores de México (CTM).

Los hechos se desencadenaron a gran velocidad. Y menos de seis meses después, en julio, el recién creado gremio petrolero efectuó la primigenia convención en la cual presentó un proyecto de contrato general con todas las empresas del área de energía petrolera y llamó a huelga en demanda del cumplimiento de dicho contrato.

Tras las huelgas de Cananea y de la Federación de Sindicatos Obreros del Distrito Federal que agrupaba a electricistas y tranviarios, el éxito tácitamente estaba garantizado para los trabajadores petroleros.

Cuenta la historia que debido a la intervención del Presidente Cárdenas los trabajadores aceptaron aplazar el estallamiento de la huelga con el objetivo de entrar en negociaciones con las compañías, pero éstas lanzaron una campaña periodística de calumnias y mentiras, así que la huelga estalló el 28 de mayo de 1937, misma que se prolongó 14 días. Se levantó el 11 de junio.

Tras un laudo de la Junta de Conciliación y Arbitraje, las petroleras se negaron a acatar la resolución y recurrieron a la Suprema Corte de Justicia (muy al estilo de lo que sucede ahora con el reclamo presidencial sobre la industria eléctrica), aunque en aquella ocasión aseguran que numerosas delegaciones sindicales acudieron al zócalo llevando mantas de consignas antiimperialistas para estar presentes en la histórica sesión que, al final de cuentas, se convirtió en un proceso de acusación contra las petroleras y, la Corte negó el amparo a los monopolios y confirmó la validez del laudo de la Junta de Conciliación y Arbitraje.

Y es cierto, sin quitarle su mérito al General Cárdenas, la expropiación fue obra de los trabajadores. Pero no todo fue en una balsa sobre aceite. No, porque en aquel tiempo se registró la producción insuficiente del combustible (hoy es peor para la industria del país) y claro se arribó a una grave situación, en la cual se paralizaron actividades hasta convertirse en crisis que puso en riesgo al gobierno de la República. Sí, algo similar a lo que hoy sucede, aunque entonces sin pandemia.

El asunto es que en aquel pasado, al expropiar la industria petrolera, el gobierno se comprometió a indemnizar a las compañías afectadas. Y pidió apoyo a la población, que se lo otorgó.

Lo cierto es que, a partir de los siguientes años, aseguran los expertos, las conmemoraciones del 18 de marzo “se convirtieron en la fecha clave para reactivar el nacionalismo y una retórica de triunfos revolucionarios que pudieran disimular el efecto de la crisis económica y política”.

Pasado mañana lo más probable es que así será, ya que desde 1939 las organizaciones obreras como la CTM y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana llevaron a cabo marchas públicas para festejar el aniversario de la expropiación.

Hay que aclarar que no sólo los gobiernos priistas respetaron el festejo anual, sino también Felipe Calderón, aunque Vicente Fox Quezada entre el 18 y el 22 de marzo de 2002 en Monterrey, pronunció la famosa frase para Fidel Castro: “Comes y te vas”.

En fin que, pasado mañana, ante la severa crisis que vive México y en plena pandemia, escucharemos las cuentas del gran capitán y cada quien será libre de creerlas o no.

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