Durante el Ciclo de Conferencias Virtuales de Seguridad Pública y Ciudadana, organizado por el Congreso de la Ciudad de México, el especialista en la materia Manelich Castilla Cravioto destacó la necesidad de reformar la fracción 13 del Apartado B del artículo 123 Constitucional, para eliminar la discriminación en contra de policías, peritos y ministerios públicos, principales operadores del sistema de seguridad y justicia penal de país, que los criminaliza y les prohíbe la permanencia y el desarrollo de una vida segura en las instituciones de justicia.
Es un “enorme desafío” cambiar la Carta Magna, porque “¡qué fácil se convierte para el delincuente, sobre todo para el delincuente organizado, destrozar a quien lo persigue con las balas ya ni siquiera de plomo, sino con las balas que implica la destrucción de su reputación a través de la denuncia de actos y hechos que tienen que investigarse y que implican la separación del cargo y la imposibilidad de la reinstalación del policía!”.
“Qué fácil se convierte para el delincuente denunciar maltratos o denunciar acciones indebidas, que mientras se investigan saben que la propia Constitución impide la reinstalación de los policías”, reforzó el ex Comisionado de la Policía Federal Preventiva durante el periodo 2016-2018.
En el evento dirigido por la presidenta de la Comisión de Seguridad Ciudadana del Congreso capitalino, Leticia Varela Martínez, Castilla Cravioto se refirió a la urgencia de hablar de valores y de que “salgamos” a decir lo que afecta a la seguridad.
Puso como ejemplo el caso de la música del grupo el Cartel de Santa, cuya letra hace referencia a la muerte, que la policía les hacen los mandatos y que el ejército le hacen los mandados.
“Me van decir retrógrada, conservador, pero no puede ser que, en horarios estelares, cuando vamos en trayecto hacia la escuela de los hijos, estemos de repente escuchando a grupos de música, corte regetonero, decir que la mujer es un objeto, que se anda armado con un whisky en la mano, en la troca porque trabajo para el patrón”, agregó.
“Sino salimos a decir que eso afecta a la seguridad estamos omitiendo cosas importantes. Muchos de los sicarios, muchos de los jóvenes que se están adentrando al mundo de la criminalidad, lo hacen bajo el efecto de las drogas, del entorno y la música”, alertó.
Castilla Cravioto se refirió a la necesidad de impulsar en México un esquema permanente de promoción de los valores policiales, como sucede en Estados Unidos donde las corporaciones policiacas son parte de la cultura. “No hay identidad y eso es un gran desafío, debemos generar puentes de confianza entre la ciudadanía y la policía”, dijo.
Asimismo, el también catedrático de la UNAM aseguró que la profunda crisis de seguridad que enfrenta el país en gran parte se debe a la ausencia de un modelo policial en México; “Vamos a cumplir 25 años de que las (administraciones) no permiten la maduración de un modelo policial civil de policía, no existe un modelo policial”.
“Hoy los buenos elementos que se formaron –hombres y mujeres- en la capacidad de investigación, de inteligencia, de policía cibernética, de policía científica y en materia criminalística han tenido que sacrificar su crecimiento y desarrollo, porque no han permitido la maduración de los modelos policiales”, reforzó.
En su exposición virtual, Castilla Cravioto comentó que parte de las necesidades en materia de seguridad se resolvió con la presencia de uniformados, a través de la Guardia Nacional, en distintas partes del territorio mexicano, pero eso no se traduce en mayor investigación ni mayor inteligencia, sino sólo en presencia física.
La esencia de la función policiaca para lograr seguridad es la investigación, el investigar delitos, cómo se desarrollaron y por qué y ya que supiste cómo y por qué, entonces se pueden detener a las personas, dijo.
“Celebro que se tenga una Guardia Nacional, pero lamento que no se traduzca en mayor investigación, porque quienes se formaron en distintos modelos hoy, la mayoría, está sirviendo de manera aislada en los municipios y estados”, refirió el especialista al señalar que el 90 por ciento de los elementos de la Guardia Nacional emanan de las fuerzas armadas.