El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue condenado este lunes a tres años de prisión por corrupción y tráfico de influencias, lo que le convierte en el primer exinquilino del Elíseo en ser sentenciado a una pena de cárcel.
Sarkozy, de 66 años, fue acusado de haber maniobrado en 2014 para obtener informaciones confidenciales de parte de un alto magistrado en otra investigación abierta contra él a cambio de conseguirle un puesto en Mónaco.
El caso fue descubierto por los investigadores en las escuchas telefónicas intervenidas entre el expresidente y su abogado, Thierry Herzog, en el marco de una tercera investigación judicial contra él.
Durante la vista, que tuvo lugar en noviembre y diciembre pasados, Sarkozy negó las acusaciones, mientras sus abogados se obstinaron en tratar de invalidar las escuchas telefónicas, a su juicio protegidas por el derecho a la confidencialidad entre un cliente y su abogado.
La validez de esas pruebas fue clave para determinar el sentido de su veredicto.