Por Jesús Michel Narváez
“No somos como los de antes”, es casi un estribillo presidencial para que no “nos confundan” y se enteren de que la corrupción no se permite en este gobierno.
Será el sereno anunciando la hora mientras eleva su candil de velas, pero la Auditoría Superior de la Federación encontró que en 2019 cuando menos 67 mil 498 millones de pesos fueron utilizados de “manera irregular”.
El auditor mayor, David Colmenares, dio a conocer que se realizaron 871 auditorías no sin resistencias, porque en las dependencias se argumentaba que no daría información sino hasta que el semáforo en la Ciudad de México estuviera en color verde.
Las Secretarías que registraron menos transparencia y más opacidad fueron las de Comunicaciones y Transportes (Javier Jiménez Espriú), Bienestar (María Luisa Albores González) y Agricultura (Víctor Manuel Villalobos Arámbula), en las que se ubicaron la destrucción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y se iniciaron las obras del nuevo, “el mejor del mundo” (dixit: Andrés Manuel López), aeropuerto Felipe Ángeles; por su parte, Bienestar tiene a su cargo los programas sociales de adultos mayores y en la tercera sembrando vida y más.
David Colmenares dio a conocer que no solamente se encontró el uso irregular de los 67 mil 498 millones, sino que aún falta por conocer el resultado de mil 804 procedimientos de fincamiento de responsabilidades resarcitorias y la integración de mil 439 expedientes de presunta responsabilidad administrativa y también de mil 385 pliegos de observaciones que se encuentran dictaminados por su no solventación, en revisión legal para iniciar los procedimientos correspondientes de investigación o fincamiento de responsabilidad resarcitoria, según corresponda.
Así que, la moral de la 4t es un árbol que da moras y no entiende de “honestidades valientes” ni de expresiones como “no somos como los de antes”.
(El de enfrente diría: tienen razón… ¡son peores!).
Extraña que solamente se haya detectado la suma antes mencionada, porque desde 2019 se “echó mano” de la mitad de los recursos del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) cuando la pandemia no había llegado a México.
Eso sí, ya se habían iniciado y con aceleración las obras “emblemáticas” de la 4t y gastado miles de millones de pesos en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, ubicado en la Secretaría del Trabajo y con Luisa María Alcalde Luján, y que en ese año se informó habían ingresado 900 mil muchachos para convertirse en aprendices de todo y oficiales de nada, solamente 15 mil encontraron empleo. Un programa fallido, por lo menos hasta ahora.
Si la autonomía constitucional de la Auditoría Superior de la Federación no es trastocada y en su titular, el oaxaqueño Colmenares, actúa con apego a la legalidad, se encontrarán muchos más recursos, miles de millones de pesos, que no se demuestra en dónde se aplicaron.
El tema dará para mucho más y hay que imaginar cómo saldrá la Cuenta Pública de 2020 con una pandemia que devastó casi todo, aunque a la 4t le cayó como anillo al dedo.
Por lo pronto queda demostrado que la llamada honestidad valiente fue enterrada.
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