El asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio conmocionó a México en 1994. Casi tres décadas después, su hijo afronta amenazas por intentar ser alcalde de Monterrey: “Yo sé lo costoso y horrible que puede llegar a ser la guerra sucia en la política mexicana”, asegura estoico.
Con el mismo nombre de su padre y su legado a las espaldas, Luis Donaldo Colosio Riojas (Sonora, 1985) se registró como precandidato de Movimiento Ciudadano (MC) en las elecciones federales y locales del 6 de junio para ser alcalde de la capital del estado de Nuevo León, motor industrial del país.
Un nuevo paso para su primeriza carrera política, que comenzó en 2018 como diputado local del mismo estado.
“Nunca quise participar en la política mexicana porque por razones obvias era algo que me había hecho mucho daño a mí y a mi familia. Pero con el paso del tiempo formé mi familia y la paternidad te hace mucho menos egoísta y replantearte muchas cosas”, confiesa en entrevista con Efe.
No es fácil para él recordar ese trágico 23 de marzo de 1994. Solo tenía nueve años cuando Luis Donaldo Colosio, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que tenía casi asegurada su victoria en las presidenciales, fue asesinado tras un mitin en Tijuana.
Para muchos todavía no se ha esclarecido el crimen contra un candidato que había esperanzado a millones de mexicanos con su promesa de reformar al hegemónico PRI e impulsar un país más igualitario.
Además, la esposa del político, Diana Laura Riojas, murió meses después por un cáncer de páncreas, dejando huérfanos a sus dos hijos, Luis Donaldo Colosio y Mariana Colosio.