Por Jesús Michel Narváez
Alguien tiene que explicarle al presidente López las reglas de la diplomacia. Porque actúa como si México fuera de su propiedad. No mide sus acciones. Dos botones de muestra: en la conferencia de ayer, informó que no “pude despedirme personalmente del presidente Trump” y, el segundo: no felicitó al Jefe de Estado, Joe Biden y solamente externó “sus buenos deseos porque la ceremonia resulte bien”. Y como chascarrillo, porque no se puede entender de otra manera dijo: no hay que olvidar que en Estados Unidos hay 38 millones de mexicanos –subió la cifra, quizá tiene otros datos- trabajando. ¿Qué tienen que ver con la juramentación y toma de posesión del presidente 46 de la Unión Americana?
¿Qué le impide reconocer y felicitar a Biden?
¿Y qué lo lleva a agradecer el “buen trato” que nos dio el presidente Trump? (A los mexicanos no nos trató bien. A lo mejor al presidente sí).
No entiendo. Si usted lo hace, hágame favor de mostrarme sus argumentos.
Lo menos que se puede decir del actuar presidencial es “imprudencia”. (El vocablo es otro, pero no lo escribo por respeto a usted que me lee).
A lo largo del día, presidentes de otras naciones enviaron sus mensajes de felicitación. Y cuatro se quedaron callados: Vladimir Putin, Xi Jinping, Kim Jong Un y ¡Andrés Manuel López!
La relación México-Estados Unidos es de vital importancia para la economía nacional. Sin el intercambio comercial entre ambas naciones gracias al despreciado TLCAN y ahora el renegociado acuerdo como T-MEC, no hay forma de crecer.
Si bien es cierto la política exterior actual se hace a través de los siervitos de la nación, la realidad real es bien diferente.
Enfrentar con el vecino, poderoso guste o no, es suicidio anunciado. Porque no se trata de una nación a la cual se le impongan condiciones. Allá, allende la Frontera, lo hacen con una mano en la cintura como lo hizo Trump con el anuncio de los aranceles.
Y como si las cosas estuvieran de “excelencia”, en un nuevo reto y desprecio por la indagatoria de la DEA contra el general Cienfuegos, exonerado en México lo que provocó una pensada pero firme reacción del Departamento de Justicia y como respuesta el fiscal Alejandro Gertz Manera amenazó con llevar el caso a “instancias internacionales”, el presidente anunció que firmó el decreto por el cual militar se convierte en Asesor de Alto Rango.
De acuerdo con la historia, desde el gobierno de Luis Echeverría todos los exsecretario de la Defensa Nacional adquieren el rango de asesores.
Aunque así fuera, no deja de ser otra imprudencia presidencial.
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