En su discurso de toma de posesión, el presidente Joe Biden dijo hoy que «la democracia ha triunfado» en Estados Unidos.
El nuevo mandatario dijo sentirse “humilde” ante los desafíos que tiene y afirmó que hoy es “día de Estados Unidos” en su discurso en el Capitolio durante su investidura como el presidente 46 del país.
Biden, de 78 años, juró el cargo ante el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, en una ceremonia solemne delante del Capitolio de Estados Unidos.
«Hoy celebramos el triunfo, no de un candidato, sino de una causa. La causa de la democracia», agregó.
Biden prometió restaurar la unidad, tanto dentro de su país, como en el exterior, pues aseguró que rehabilitará las alianzas de Estados Unidos con otros países.
«Hoy es un día de historia y de esperanza», señaló y prometió ser el presidente de todos los estadunidenses.
«Hay mucho por hacer, reparar y restaurar» y «mi corazón» está puesto en ello, dijo.
«Hemos llegado tan lejos, pero todavía tenemos que ir más lejos», afirmó Biden, quien dijo que queda mucho por «sanar».
Aseguró que es momento de combatir unidos al racismo sistemático y a los supremacistas blancos. Pidió a sus detractores escucharlo y dijo que si no logra convencerlos, ello será prueba de que la democracia prevalece en Estados Unidos.
Estados Unidos enfrenta «el surgimiento del extremismo político, la supremacía blanca, el terrorismo doméstico, que es algo que debemos confrontar y que vamos a derrotar», afirmó.
Durante su discurso, pidió además una plegaria silenciosa por todas las víctimas del coronavirus en país, “las personas que hemos perdido”, durante la pandemia.
Esta ceremonia sin público recordó a los 400 mil muertos por la pandemia en el país con un conjunto de banderas estadounidenses plantadas en la explanada frente al Capitolio.
Biden quiso además recordar a las víctimas con un minuto de silencio y advirtió durante su discurso que Estados Unidos enfrenta la fase más «mortífera» de la pandemia.
La ausencia de Trump en la ceremonia marcó un hito en 150 años de tradición republicana, pero su gobierno estuvo representado por el vicepresidente saliente, Mike Pence.
La ceremonia, que ya había sido reducida por la pandemia, quedó además marcada por la toma del Capitolio el pasado 6 de enero, que obligó a un despliegue de seguridad sin precedentes en Washington, donde el tráfico está cortado en todo el centro de la ciudad y hay miles de efectivos de la guardia nacional desplegados.