El arresto del líder de la oposición ruso Alexei Navalny al llegar a Moscú después de recuperarse de envenenamiento con un agente neurotóxico generó críticas y llamados por parte de muchos países occidentales para que sea liberado.
Navalny fue detenido en el control de revisión de pasaportes en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú al llegar el domingo de Berlín, donde fue atendido después del envenenamiento de agosto que adjudica al Kremlin.
Los aliados del político dijeron el lunes que estaba detenido en un precinto policial en las afueras de Moscú y que se le ha negado acceso a su abogado. Según los abogados de Navalny, en un giro inesperado, el lunes comenzó en el mismo precinto una audiencia judicial para analizar si Navalny debe permanecer detenido.
Navalni denunció una «parodia de justicia» ante un juez que se trasladó a la comisaría donde está bajo arresto desde su regreso a Rusia para pronunciarse sobre su detención, duramente criticada por los países occidentales.
«No entiendo lo que pasa. He visto muchas parodias de justicia, pero esta es la ilegalidad más completa», declaró Navalni en un video difundido en Twitter por su portavoz Kira Yarmysh.
El arresto de Navalny agrega otra capa de tensión a las relaciones entre Moscú y el Occidente que desde hace mucho eran delicadas y empeoraron por su envenenamiento.
La Unión Europea, Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido pidieron su liberación «inmediata». El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos también se sumó a este llamado.
El ministro de Exteriores alemán, Heiko Mass, señaló que Navalny había regresado por voluntad propia y que «es completamente incomprensible que fuera detenido por autoridades rusas inmediatamente tras su arribo».
«Rusia está obligada por su propia constitución y por los compromisos internacionales al principio de la ley y la protección de los derechos civiles», agregó Maas. «Estos principios deben, por supuesto, aplicarse también a Alexei Navalny. Debe ser liberado inmediatamente».
También pidieron su liberación inmediata la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, el secretario de Exteriores británico Dominic Raab y altos funcionarios de otras naciones de la UE.
«Es imposible lo que sucede ahí», dijo Navalny en un video desde la corte improvisada, publicado en su página en la aplicación de mensajería Telegram. «Esto es ilegalidad en su máximo nivel».