Esta mañana, trabajadores del sector restaurantero se reunieron en las inmediaciones de la Catedral de la Ciudad de México para dar «un cacerolazo» por las medidas impuestas a partir de que el Estado de México y la capital del país pasaron al color rojo del Semáforo Epidemiológico, lo que implica el cierre de restaurantes y, por tanto, la suspensión de sus trabajos.
Los manifestantes detallaron que sus compañeros restauranteros del Estado de México llevaran la misma acción en punto de las 11:00 horas.
Con leyendas en sus pancartas como «ni un día más sin trabajo», «abrimos o morimos», «somos parte de la solución» y «mesa segura para un cliente seguro», los trabajadores de dicho sector emitieron un llamado de auxilio dirigido a la jefa de gobierno, Claudia Sheibaum, en el que exigieron un apoyo a sus establecimientos.
Sergio Flores, representante de la industria restaurantera de la Ciudad de México, mencionó que desde el inicio de la pandemia, en el Valle de México se han cerrado más de 13 mil 500 establecimientos que no lograron sostener sus gatos durante las restricciones sanitarias.
Sin olvidar la sana distancia, una de las manifestantes aseguró que, tal y como lo reconocieron las autoridades sanitarias, los restaurantes no son funte de contagio gracias a las medidas sanitarias que han adoptado desde su apretura.
«Estos meses de pandemia han sido una muerte lenta y dolorosa porque implica perder el patrimonio de miles de personas, lo que es, la seguridad de un ingreso de milllones de familias. A estas fechas, los restaurantes ya se acabaron los pocos ahorros que tenían, incluso parte de esos ahorros fueron utilizados para adecuar con medidas sanitarias, como en un momento nos pidieron abrir», indicó la mujer.
«Si se trata de volvernos ambulantes, pues estamos considerando todos salir a la calle para poder trabajar y poder llevar un dinero a nuestros hogares», comentó
Por ello, los manifestantes anunciaron que a partir de este 12 de enero los restaurantes de la Ciudad de México haran un «cacerolazo» afuera de sus establecimientos en punto de las 13:00 horas con el fin de demostrar la inconformidad del gremio.
«Esto seguriá pasando hasta que el gobierno no le entre sensibilidad y nos permita abrir, por lo anterior les pedimos que nos dejen abrir, que nos dejen trabajar, es lo único que solicitamos al gobierno, ¡porque abrimos o mirmos!», continuó la trabajadora.
