Por Nidia Marín
Los asesinatos selectivos perpetrados por los cárteles de la droga en México retornan en este fin de año del 2020… si es que alguna vez cesaron. El caso del exgobernador Aristóteles Sandoval ha encendido las alarmas nuevamente, si es que alguna vez se han apagado, por ejemplo, desde 1946 cuando fue encontrado un cargamento de opio en la frontera.
Parece que estamos locos o somos unos inútiles, ineptos e ingenuos, porque desde 2016 se cumplieron cien años de que Venustiano Carranza como presidente emitió unas disposiciones para la prohibición del tráfico de opio; contrabando que pasaba principalmente por el norte de Baja California, Mexicali y Tijuana hacia Estados Unidos. Sí, estamos cumpliendo 104 años. “Uff”.
En todas esas décadas -casi 10 y media- ha habido escándalos. Un ejemplo más es el de los años 50, cuando debido a los enfrentamientos entre traficantes la ciudad de Culiacán, aseguran los que saben, fue bautizada por la prensa como un «Chicago con gángsters de huarache».
Ya para los 60’s con el “amor y paz” en boga, la reina en México fue la marihuana, mientras en Estados Unidos estaban desatados. Y claro, iniciaría no sólo la destrucción de los sembradíos de adormidera, sino también de la llamada “mota”, porque nuestro país se convirtió en el principal abastecedor de la hierba.
Y llegó la lucha conjunta entre los gobiernos de ambas naciones, con Nixon cruzando El Bravo y Luis Echeverría Álvarez de acá de este lado. Inició con la “Operación Intercepción”, después denominada “Condor”. Y “Los gomeros” se diversificaron para ser también “marihuaneros”.
¡Y claro! ¿Por qué no? Nos volvimos traficantes de cocaína y de todo aquello que destruya al ser humano y empezaron a fondo las detenciones de los muy famosos como Alberto Sicilia Falcón.
También a mediados de los setenta empezó el cambio de camisetas de policías que se volvieron narcos. Miguel Ángel Félix Gallardo, fue de los primeros y han surgido cientos, entre los cuales hoy está el jefe de jefes del cártel Jalisco Nueva Generación, el michoacano de 54 años, nativo de Aguililla, Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, quien antes fue de la Judicial michoacana.
Desde entonces, los años setenta, también principiaron las canciones para ensalzar a los narcos, sí, los corridos que hasta ahora no han cesado y ellos, los delincuentes se creen mejores que el gobierno y a la vista están las consecuencias.
Desde hace tiempo los asesinatos de personajes han nublado el cielo mexicano. Por ejemplo, el crimen del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, dicen que porque lo confundieron con “El Chapo”.
Sin ir más lejos, en este 2020 gente del Cártel Jalisco Nueva Generación, intentó asesinar al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch.
La semana pasada, integrantes de este cártel lograron el objetivo de matar en Puerto Vallarta, Jalisco, al exgobernador.
Y como la política del actual gobierno es “abrazos no balazos”, el Estado, dicen los estudiosos, ha perdido control, legitimidad y espacio.
Hay quien asegura que 10 por ciento de los municipios del país están en el denominado “estado fallido” debido a la inseguridad que prevalece, por lo cual la situación es delicada.
En dichos lugares, exponen, la anarquía interna ya se ha instalado, la capacidad económica y de maniobra es mínima, ha sido consumida por la violencia y las instituciones están muy debilitadas o han dejado de existir.
Pero mejor “abrazos, no balazos”, hasta que todos nos vayamos al diablo, empezando por ya saben quién.
