*El Tlatoani Vive en un País Donde Todo Está Bien, Pero sin Logros y se va Romo
Por Miguel A. Rocha Valencia
Lo dicho: el tlatoani olmeca no dijo nada nuevo: reiteró las mentiras de siempre y su visión de una realidad que él ve, pero no existe. Bueno llegó al absurdo de marcar como logro de su administración el supuesto “ahorro” de un billón 300 mil millones de pesos, que no se sabe a dónde fueron a parar y que costó el deterioro de servicios, retroceso en la economía, el despido de miles de burócratas, escasez de medicamentos y el consecuente fallecimiento de enfermos no atendidos, entre otros males.
Sería interesante saber para qué sirvieron esos ahorros a los que se suman los dineros de fideicomisos y gastos de salud, porque en la economía que deja sin empleo a millones, no se ven.
También consideró como un logro el aumento en las remesas del extranjero, en vez de plantearlo como un reflejo del fracaso de su gobierno que obliga a muchos connacionales a escapar a otro país en busca de las oportunidades que aquí no se generan por falta de inversión pública productiva; gastar dinero en proyectos sin fondo ni sustento, así como espantar a la empresa privada con políticas caprichosas que generan desconfianza internacional y fuga de capitales.
Sostuvo que se acabaron las matazones, que hoy hay paz, cuando en realidad, el número de asesinatos casi duplica en dos años lo de sexenio anteriores, registrándose masacres en diversos estados del país donde la impunidad genera venganzas y reclamos, mientras que la militarizada Guardia Nacional convertida en muro humano al servicio de Donald Trump, corretea, detiene y deporta a miles y miles de indocumentados.
Y mientras los soldados, burlados por los grupos delincuenciales, desarmados, con instrucciones presidenciales de no combatir a los grandes capos o dejarlos libres a pesar de existir ordenes de aprehensión internacionales, gracias a eso, hoy los decomisos de drogas y armas, son los menores en más de 15 años y para colmo, se legaliza el consumo vacilador de la mariguana.
Pero para ellos, los de uniforme, aplausos, concesiones, negocios, salarios desde Palacio Nacional. Si, así como se ha hecho en otras latitudes latinoamericanas donde los caudillos se han servido de las fuerzas armadas para consolidarse en el poder político.
Por eso es que el gobierno de un solo hombre se consolida, como presume el profeta tabasqueño; esa es la Cuarta Transformación: concentrar el poder político, económico y militar en un sólo sujeto iluminado que nos habla de una ética de un solo lado donde los malos, los de enfrente, son corruptos, fifís, conservadores y los de adentro, a pesar de sus trácalas probadas hasta con videos, contratos y declaraciones, son santificados por el sumo pontífice que desdeña a la oposición y a quienes agachan la cerviz a su paso. Así lo hicieron sus secretarios en un acto de sumisión, casi veneración.
En el colmo de la ceguedad, el macuspano caudillo afirmó que se han rescatado miles de vidas de la pandemia y se burla de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Le parecen poco seguramente las 110 mil muertes “oficiales” y las casi 250 mil reales que habrán de contabilizarse en unos días. Igual le ha de parecer el grueso número de contagios que crecen a razón de casi ocho mil por día.
Ese es el éxito que pregona y peor cuando afirma que en “su” encuesta, siete de cada diez mexicanos lo apoya, pero no dice ni método ni nombre de los encuestados, como es su costumbre ¿Una mentira más?
Para colmo, con la salida de Alfonso Romo Garza de la oficina de la Presidencia, se acabó el único puente real que había con empresarios. De por sí no hay inversión privada. Dice López que el regiomontano se fue porque su compromiso con su gobierno era de dos años, pero la verdad, es que hubo roces y el profeta nunca quiso escuchar.
