La memoria del dibujante Quino, fallecido el 30 de septiembre de 2020, se hizo presente durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, a través del panel “Aquí no hay tristeza”, en el que participaron la caricaturista colombiana Adriana Mosquera “Nani”, y los editores Martín Solares y Daniel Divinski.
A través de una serie de anécdotas, los tres recordaron la amable personalidad de Joaquín Salvador Lavado (su verdadero), y el legado que dejó a través de sus tiras cómicas, especialmente de Mafalda.
“Nani”, quien hace 20 años creó el personaje “Magola” inspirada en la obra del argentino, destacó que a través de sus historietas, Quino abrió la puerta para que las mujeres se expresaran libremente, y sin darse cuenta le dio alas a muchas mujeres de esa generación.
“Cuando empecé a leer a los 7 u 8 años, una de las primeras lecturas que hice fueron de las tiras de Mafalda, e interioricé que las niñas tenemos derecho a protestar y opinar sobre lo que pasa en el mundo. Ni siquiera sabía que el autor era hombre, asimilé que lo hacía una mujer, para mí era una libertad total. Era increíble ver que una niña se quejaba y se expresaba, era un personaje infantil con una fuerza demoledora”, detalló.
Daniel, quien además de editar sus libros durante varios años mantuvo una íntima amistad con él, hizo referencia a la importancia política que tuvo, ya que expresaba las inquietudes de la sociedad de una manera divertida. Asimismo, subrayó que la aversión de Mafalda por la sopa simbolizaba aquellas imposiciones que las personas rechazan a como de lugar.
Durante la charla recordaron también la vez que uno de sus cartones fue prohibido en China, debido a que el personaje de Susanita externaba su deseo por tener una familia numerosa, hecho que iba en contra de las políticas de gobierno de dicho país, que prohíben a las parejas procrear a más de un hijo.
Y es que cada personaje contaba con convicciones y deseos muy marcados, hecho que Martín considera fue incluso un aporte al léxico latinoamericano. “Los nombres de sus amigos se convirtieron en palabras que las personas utilizan para describir situaciones cotidianas”.
“Por ejemplo, cuando vemos a algún empresario que solamente está pensando en el dinero, decimos que es un Manolito; o cuando hay una mujer que sólo está interesada en su beneficio personal y tener muchos bebés, decimos que es una Susanita. Esos nombres se han vuelto una moneda de cambio, un concepto universal que cualquiera entiende”, concluyó.