Tabasco Como la Pandemia: Acciones Tardías

*El Gobierno Ignoró la Primera Inundación

*De Exceso de Agua a Impericia Política

*Sin Fonden, se Agudiza la Escasez de Todo

*Denuncia Penal Contra AMLO, una Novedad

Por Joel Armendáriz

Como a la pandemia sanitaria, el Gobierno federal atendió tardíamente las inundaciones en Tabasco y ahora la tragedia es una realidad. Nuevos caudales han hecho que el Río Usumacinta se desborde y que con “urgencia” se pida a millares de pobladores ubicados en la ribera “abandonar sus hogares” y buscar protección. Solamente el Ejército con el Plan DN-III es el salvavidas arrojado a la afluencia y lanchas de remos y algunas de motor, son los únicos recursos con los que cuentan los tabasqueños para no ser devorados por el caudal.

Mientras el presidente López sostiene que el Fonden era una “robadera” y que ahora se entregarán los recursos de manera directa a los damnificados, éstos, por miles, denuncian la inexistencia de los apoyos.

Al mismo tiempo y por primera ocasión en el siglo XXI se presenta una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República en contra del Jefe del Ejecutivo Federal por “el delito de ejercicio ilícito del servicio público, por inundar deliberadamente a los más pobres de Tabasco”. Bajo el argumento de negligencia al inundar las comunidades indígenas chontales de Nacajuca, Centla, Jalpa, Macuspana y Cunduacán donde viven comunidades indígenas y, lamentablemente, los más pobres de esa entidad, la senadora Kenia Rabadán presentó como prueba el reconocimiento público del “presidente López Obrador de que fue él quien decidió el cierre parcial de la compuerta denominada “El Macayo”, ubicada en el estado de Tabasco”.

Al iniciar la última semana de noviembre, nuevas lluvias que azotaron a Guatemala en la frontera con México, obligó a que varias poblaciones de Tabasco se declararan alerta máxima luego de que el río Usumacinta se desbordara y la “tendencia a seguir incrementando” fue manifiesta, de acuerdo con la información del Instituto de Protección Civil de la entidad.

Hace una semana, cuando el presidente López acudió por segunda ocasión al Estado y que evitó mojarse “para no enfermarse”, anunció que no faltarían recursos y que los “peor ya pasó”. Exactamente igual a como se trató la pandemia sanitaria en el segundo mes de la crisis, lo que propició el incremento de fallecidos y contagiados.

Tabasco se ahoga y las autoridades federales no tiene respuesta para contener los caudales que corren por los ríos -13 en la entidad- y se concretan a hacer llamados de “emergencia” para que los habitantes ubicados en zonas de riesgo las abandonen de inmediato y busquen refugio en zonas menos bajas, porque para desgracia de Tabasco las habitadas se encuentran en las planicies que se ubican por debajo de los niveles de los ríos.

Hasta ahora los mecanismos de protección civil federal y local no han encontrado cómo salvaguardar las vidas de los habitantes que no sea pedir que abandonen sus hogares. Los albergues son insuficientes y ya se registraron actos de rapiña.

PRESIDENTE

NEGLIGENTE

Reconocer públicamente a través de un video grabado a bordo del helicóptero en el que sobrevolaba la zona que había tomado la decisión de inundar las zonas bajas habitadas por chontales –fundadores de Tabasco y provenientes de Yucatán- ha traído al presidente López consecuencias serias.

Una de ellas, la crítica masiva a través de las redes sociales en donde se mostró su indignación por dos razones: 1.- No avisar a los habitantes de las zonas bajas que serían inundados y, 2.- Por tratarse de los habitantes con menos recursos en todo Tabasco, lo que contradice la narrativa presidencial de que “por el bien de México, primero más pobres”.

La segunda: la denuncia penal por “el delito de ejercicio ilícito del servicio público, por inundar deliberadamente a los más pobres de Tabasco” que podría derivar en “negligencia criminal”, de acuerdo con el texto presentado por la senadora Rabadán ante la Fiscalía General de la República.

Es la primera ocasión cuando menos en el siglo XXI que un Presidente de la República es denunciado por acciones comprobadas y reconocidas públicamente.

El Presidente atribuye los “ataques a mi persona” a sus adversarios que estaban acostumbrados a robar –y ha mencionado que el Fonden se manejaba de manera irresponsable y del que hurtaban el dinero- sin mostrar, como es su costumbre, pruebas al respecto. Al extinguir el fideicomiso las autoridades y los afectados no cuentan con disponibilidad financiera para hacer frente a las pérdidas y reparar los daños sufridos en sus hogares.

La impericia de quienes tienen la responsabilidad de prevenir los desastres por exceso de lluvias –porque los terremotos no se pueden predecir-, el mal manejo del Servicio Meteorológico Nacional en donde con el nuevo gobierno federal se relevó a los científicos y técnicos con experiencia, el abuso de poder por parte de quienes toman las decisiones –en este caso del presidente López- y el permitir que miles de personas habiten en las riberas de los ríos, causaron la tragedia que tiene ya un mes y se teme que aumente en este diciembre, cuando ya no debería haber lluvias.

Como la Covid-19, Tabasco sufre las consecuencias de la improvisación y el centralismo político y económico.

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