El tradicional desfile de Acción de Gracias de Nueva York se celebró este jueves, con poco público y un recorrido mucho más corto, debido a las restricciones impuestas por la pandemia del Covid-19.
Los gigantes globos flotantes, las carrozas y los grupos de baile recorrieron algunas de las calles del centro de la Gran Manzana, partiendo de la calle 34, donde se encuentra el centro comercial Macy’s, que da nombre y organiza este desfile, nacido en 1924 y que en Estados Unidos es sinónimo del comienzo de las vacaciones de Navidad.
Pero los gritos emocionados de los niños, los dedos señalando al nuevo muñeco que dobla la esquina, o los más pequeños subiéndose a los hombros de sus padres fueron este año sustituidos por técnicos y policías uniformados que se aseguraban que el evento trascurriera sin incidentes más allá de la lluvia que lo visitó en varias ocasiones.
Este año, la caravana también ha querido rendir homenaje a los espectáculos de teatro y los musicales de Broadway que cerraron sus puertas el pasado marzo, con breves actuaciones de algunas de las obras del barrio más teatral del país como Hamilton o las Mean Girls, además de un pedacito del espectáculo «Radio City Rockettes», que esta temporada ha cancelado sus actuaciones.La organización tampoco quiso romper con la tradición de la inclusión de nuevas carrozas y este año la productora Warner Bross presentó una carroza de la eterna persecución de los dibujos animados Tom y Jerry, y la marca de cosméticos Olay participó con una construcción de una astronauta que reivindicaba una mayor participación de las mujeres en disciplinas científicas.
Las cuerdas de la mayoría de globos gigantes, como los de Bob Esponja o el personaje de la película de dibujos animados «The Baby Boss» («El bebé jefazo» o «Un jefe en pañales»), tradicionalmente sujetados por decenas de voluntarios a pie, estaban en esta ocasión amarrados a pequeños vehículos.
Solo algunos más pequeños, como la estrella roja del símbolo de Macy’s, sí que fueron transportados por pequeños grupos de personas que llevaban máscaras, como todos los participantes que recorrieron el centro de Manhattan subidos en las carrozas.
Macy’s organizó el espectáculo pensando en un evento televisado, pero sin renunciar a que las construcciones ofrecidas por empresas de todo tipo, tomaran las calles por unas horas.
El desfile también le hizo un hueco a los organizadores de otras marchas tradicionales que se suspendieron tras la irrupción de la pandemia, como representantes del «Día de San Patricio» que se canceló por primera vez en 258 años, o la «Mermaid Parade» (La marcha de las sirenas), que se organiza en junio en el barrio de Coney Island y da la bienvenida a la temporada de verano.
Este año, la caravana también ha querido rendir homenaje a los espectáculos de teatro y los musicales de Broadway que cerraron sus puertas el pasado marzo, con breves actuaciones de algunas de las obras del barrio más teatral del país como Hamilton o las Mean Girls, además de un pedacito del espectáculo «Radio City Rockettes», que esta temporada ha cancelado sus actuaciones.
La organización tampoco quiso romper con la tradición de la inclusión de nuevas carrozas y este año la productora Warner Bross presentó una carroza de la eterna persecución de los dibujos animados Tom y Jerry, y la marca de cosméticos Olay participó con una construcción de una astronauta que reivindicaba una mayor participación de las mujeres en disciplinas científicas.