Por Jesús Michel Narváez
Suprema Corte de Justicia de la Nación le cayó el chahuistle: 10 controversias constitucionales de otros tantos mandatarios que reclaman la inconstitucionalidad del decreto que desapareció 109 fideicomisos.
Nada menor el tema. Para los ministros de la SCJN se trata de una verdadera papa caliente que quema las manos. Y no porque las impugnaciones carezcan de sustento o que formen parte de una estrategia política.
No.
El problema lo representa el Presidente López, cuyas instrucciones subordinaron al Por Legislativo y de un plumazo la mayoría del partido oficialista y sus aliados, borraron los apoyos que se aplicaban lo mismo a desastres naturales que a la seguridad estatal y municipal y a la cultura, entre otros rubros. Los legisladores que votaron por el sí ignoraron los argumentos de las oposiciones y, por supuesto, de los gobernadores.
El rosario de controversias ya lo inició el mandatario de Jalisco, Enrique Alfaro, y con ello comenzó un evento político-jurídico-social sin precedente.
Puede convertirse en un movimiento al que se sumen por lo menos otros 15 mandatarios, en lo que por supuesto no estarían los de Morena, y que la Corte tenga que admitir o rechazar las controversias.
Se trata de un hecho insólito. Cierto: en el pasado y recientemente cada cual de los gobernadores osó presentar a nombre de su Estado controversias por distintas acciones del Gobierno federal o del propio Poder Legislativo. Nunca un grupo se unió para, con el mismo tema y la óptica de cada uno, hacer lo impensable: enfrentar al Presidente de la República, al que nada le apura porque, parafraseando al innombrable Carlos Salinas de Gortari, ni los ve ni los oye.
“En su momento hicimos pública nuestra confianza en la autonomía del Poder Legislativo sin que éste hiciese válida dicha facultad, centralizando en el Ejecutivo Federal recursos fundamentales para el desarrollo económico, social y cultural de México.
“Pese al resultado, ponderamos una vez más la virtud institucional de los medios de control y garantía constitucional, pues confiamos que la Corte tomará en cuenta, con apego al derecho y a la razón, la importancia y la urgencia de nuestro reclamo por todo lo que significa para el futuro del país y de miles de mexicanas y mexicanos”, apuntaron los gobernadores en un comunicado.
¿Cómo actuarán los 8 ministros y las 3 ministras? Si se apegan a derecho, que es su obligación, estarían obligados a admitir las demandas de inconstitucionalidad y si la presión se ejerce desde el vecino de Palacio Nacional, entonces otro gallo cantaría.
El movimiento de los gobernadores federalista no está alejado de la legalidad y de la realidad y para la Corte representa un reto descomunal que pondrá a prueba qué tanto es autónomo el Poder Judicial de la Federación.
Son 10 Davids contra AmGoliat. La piedra enfundada en la honda podría salir y pegar en la frente del todopoderoso.
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