Activistas ambientales piden a Biden derribar partes clave de muro fronterizo

Defensores del medioambiente sostienen que no es suficiente que Joe Biden detenga de inmediato la construcción del muro fronterizo con México tan pronto jure como presidente de Estados Unidos en enero, sino que consideran vital que se derriben segmentos de la barrera que afectan partes vitales del ecosistema en la frontera.

Los activistas esperan con ansia el 20 de enero, cuando Biden jure como presidente y cumpla de su promesa de campaña de frenar de inmediato la construcción del muro.

Sin embargo, consideran que frenar en seco la construcción no es suficiente, sino es solo parte de una serie de pasos que la nueva Administración debe dar para tratar de remediar el daño ecológico que se ha hecho a la región fronteriza durante la gestión del presidente Donald Trump.

“Con una sola firma el nuevo presidente Biden podrá enviar de regreso a su casas a las cuadrillas de trabajadores que construyen el muro fronterizo. Sin embargo este es solo un paso para terminar con la masiva destrucción del medioambiente en la frontera”, dijo a Efe Laiken Jordahl, experto en conservación ambiental en la franja fronteriza del Centro Para Diversidad Biológica.

En su opinión, también cuanto antes la nueva Administración debe derribar partes clave del muro fronterizo que están causando el mayor daño ecológico a la región, que interrumpen el flujo migratorio de animales en peligro de extinción o que impactan sitios de suma importancia como es el manantial de Quitobaquito y el Río San Pedro en la frontera de Arizona.

El manantial de Quitobaquito está situado cerca de la población de Lukeville y durante siglos ha sido fuente de agua para personas y animales en el desierto de Arizona. También es considerado un sitio sagrado para el pueblo indígena Tohono O’odham.

Desde que comenzó la construcción del muro en esta región, los niveles del agua en el manantial han descendido considerablemente debido a la extracción del agua por parte de las cuadrillas de trabajadores para mezclar el cemento.

Otro punto de preocupación es el muro fronterizo construido sobre el Río San Pedro, donde los defensores del medioambiente temen se convierta en un obstáculo artificial que provoque severas inundaciones durante la temporada de lluvias al evitar el flujo del agua.

De acuerdo con las más recientes cifras de la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, hasta la fecha se han construido 402 millas (643 kilómetros) de muro a lo largo de la frontera. Más de 100 millas (160 kilómetros) se ha construido en el desierto de Arizona debido a que gran parte está integrado por tierras federales.

Poco más de la mitad de esta construcción se ha efectuado durante el presente año, y las obras continúan faltando poco más de 60 días para que Biden asuma la Presidencia.

El Gobierno federal espera que para finales de 2020 se hayan construido 450 millas (720 kilómetros) de muro fronterizo.

De acuerdo con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, que supervisa la construcción, actualmente hay 11 diferentes contratistas trabajando en 27 diferentes puntos.

Para activistas como Vicky Gaubeca, directora de la Coalición de Comunidades Fronterizas del Suroeste (SBCC), es de vital importancia no solo que se derriben segmentos del muro que causan el mayor impacto ecológico y afectan las vidas de las comunidades fronterizas. También considera fundamental que se cancele cuanto antes la autorización que permitió al Gobierno de Trump pasar por encima de más de una docena de leyes que protegen al medioambiente para construir la barrera.

“En Arizona hemos visto cómo montanas han sido dinamitadas, cementerios indígenas profanados, corredores de vida silvestre bloqueados. Debemos restaurar cuanto antes estas protecciones”, dijo Gaubeca a Efe.

En Texas, docenas de familias están peleando en cortes para evitar que la Administración Trump se apodere de parte de sus tierras para construir el muro.

Gaubeca espera que Biden cumpla su promesa y frene también todos estos procesos legales para evitar que estas familias pierdan sus propiedades por la construcción de un muro que califica de “inútil y “una pérdida de dinero”.

En su opinión la Administración Trump está presionando para que la construcción del muro continúe más allá del 20 de enero, algo que pasó bajo la Administración de Barack Obama (2009-2017), quien respetó y continuó los contratos de construcción del muro fronterizo aprobados bajo la Administración del George W. Bush (2001-2009).

“Esto no puede pasar bajo la Administración del presidente Biden. Se debe poner punto final a esta obsesión por construir un muro fronterizo que finalmente nunca pagó México, sino usted y yo y todos los que pagamos impuestos en este país”, finalizó.