El presidente de la acerera Altos Hornos de México (AHMSA), Alonso Ancira, quien está en libertad condicional en España, reveló que está dispuesto a devolver al Estado mexicano 200 millones de dólares de la planta de fertilizantes inservible que vendió en 2014 a la petrolera estatal Pemex.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha exigido varias veces a Ancira, conocido como el Rey del Acero, que devuelva el supuesto sobrecosto con el que vendió la inservible planta Agronitrogenados, un caso por el que está procesado tanto él como el exdirector de Pemex Emilio Lozoya.
“Desde que apareció Lozoya ya no le importa y me empezó a atacar a mí; que le pagara los 200 millones de dólares y que me perdonaba. Oiga, yo estoy dispuesto a pagárselos, nada más que me diga dónde”, dijo Ancira en una entrevista con el periodista mexicano Carlos Loret de Mola en Palma de Mallorca (Islas Baleares).
Ancira, quien fue detenido el año pasado en Mallorca, aseguró que “no hubo un sobreprecio” en la venta de la planta de fertilizantes, que según la Fiscalía mexicana fue vendida a un precio mayor al real a cambio de sobornos para Lozoya.
Aun así, el empresario aseguró que si López Obrador le pide “disculpas” por lo que considera una “persecución injusta“, está dispuesto a hacer “una donación” al Estado equivalente al supuesto sobreprecio.
“Me tendría que dar plazos y tiempos“, aseguró Ancira, quien dijo: “Soy un hombre de negocios, lo negocio todo menos a mi hija”.
El empresario, quien aseguró tener ahora un capital de 170 millones de dólares, avanzó que el próximo mes se podría cerrar un acuerdo por el que Villacero tomaría el control de AHMSA y podría pagar los 200 millones de dólares.
El empresario mexicano dijo que ser un perseguido político por no haber apoyado económicamente la campaña de López Obrador en 2018.
“El señor maneja el poder y él dice quién es culpable y lo que me pasó a mí le metió miedo a todos los empresarios en México”, aseguró Ancira, quien puntualizó: “Ahora todos pagan cuando él dice“.
Asimismo, opinó que López Obrador y su antecesor, Enrique Peña Nieto, llegaron a un pacto para no perseguir judicialmente al segundo pero recomendó al expresidente “que corra” si el actual mandatario cambia de opinión.
Sobre su estancia durante un mes en la cárcel, lo definió como estar “en un hotel de dos estrellas“, donde dijo que tenía “una celda individual”, una “alberca olímpica” y “una biblioteca que ya quisiera yo en la universidad”.
Además, afirmó que pasó mucho tiempo con el expresidente balear Jaume Matas, condenado por el caso Nóos, en el que también está implicado Iñaki Urdangarin, yerno de Juan Carlos I, y que se enteró de “los chismes de la Corona” española.
Desde que salió de la cárcel bajo fianza en junio de 2019, vive en Palma de Mallorca y tiene que firmar cada dos días en el juzgado.
El pasado agosto, obtuvo el amparo de un juez mexicano contra la orden de captura que emitió México en mayo de 2019 y que derivó en su arresto en Mallorca.
Por su parte, Lozoya, capturado en febrero en Málaga (España), fue extraditado a México en agosto por el caso de la planta de Agronitrogenados y por haber recibido 10.5 millones de sobornos de la trama Odebrecht.
Tras un acuerdo con la Fiscalía, Lozoya implicó a su antiguo jefe, el presidente Peña Nieto, y a buena parte de la plana política mexicana en la trama de sobornos.