Arturo Pérez-Reverte hurga en el pasado con una mirada al presente. A través de los relatos de su padre, abuelo y tíos, además de cartas y documentos, y de su propia experiencia, el novelista narra la Guerra Civil española. Pero no desde la trinchera de los buenos o malos o de la nostalgia del pasado, sino desde el humanismo. Desde el testimonio de quienes vieron pasar las balas frente a su pecho.
Se trata de su más reciente novela Línea de fuego (Alfaguara), un relato de más de 600 páginas que deja de lado el concepto de republicanos contra nacionalistas, o la biografía de Francisco Franco, para centrarse en los hombres que dejaron sus casas para pelear en campos de batalla desconocidos.
“Mi novela quería moverse en el terreno de la igualdad, no de la ideología. Mi esfuerzo con esta novela ha sido borrar la de buenos y malos, y centrarse en los seres humanos. Mi padre con 16 años cuando luchó como republicano no era mejor o peor que otros. Es estúpido el planteamiento actual en España y el mundo de dividirnos en buenos y malos; claro que Franco era malo como Hitler, Musolini y Stalin, pero eso no tiene qué ver con el padre de familia que está en el suelo tirando balazos, muerto de hambre”, afirmó el español, autor de una treintena de novelas.
En conferencia de prensa virtual desde Madrid, el también creador de la saga Las aventuras del capitán Alatriste, señaló que el error al querer entender la historia es mirarla desde la perspectiva actual, y no ponerse en el tiempo y espacio correspondiente.
Por ejemplo, dijo, hoy se puede afirmar que los conquistadores que llegaron a América hace 500 años hicieron cosas malas al pueblo indígena y no cabe duda de que Hernán Cortés era machista, pero si el historiador o novelista se sitúa en el tiempo justo entenderá el contexto de sus acciones y llegará a la conclusión de que los españoles hicieron algo bueno en la nueva tierra.
“Juzgar eso con mentalidad actual es incongruente, además de imposible. Hay que irse al siglo XVI para entenderlo. Qué machista era Hernán Cortés, pues claro, y el abuelo de quien lo diga, y todos, era un mundo machista”, dijo Pérez-Reverte para explicar el propio sentido de su novela donde no existen bandos.
Además considera que como novelista no tiene obligación moral de contar la historia en un sentido académico. Él, confesó, escribe lo que le gustaría leer. “Un novelista es amoral, no tiene ninguna obligación. No es una obligación como novelista escribir para hacer mejor el mundo, yo no escribo novelas para mejorar el mundo, me gusta contar historias, desarrollar tramas. Sí creo que a través del novelista, la historia se conoce mejor, el novelista es un puente entre la historia rigurosa y el lector, hay muchos lectores que son lectores de historia”, añadió.
El libro, con apenas unas semanas en el mercado, podría convertirse en una serie de televisión en uno o dos años, confesó Pérez-Reverte, al señalar que no hay ninguna película de la Guerra Civil Española que le satisfaga históricamente.