El tiempo apremia. El Presupuesto Federal 2021 deberá estar aprobado el próximo 15 de noviembre; nosotros urgimos dialogar con el C. Presidente Andrés Manuel López Obrador antes de esa fecha, manifestar a viva voz nuestra propuesta y recibir un trato justo para las familias que habitan en cada entidad federativa: que ningún estado reciba menos de lo que recibe actualmente. Agotar los plazos para entablar el diálogo democrático es una afrenta que lastima al federalismo.
Hemos hecho caso al llamado que dictaba dejar de lado toda politiquería; los propósitos electorales no son y nunca han sido parte de la agenda de la Alianza Federalista. Nuestro solo objetivo es defender lo que cada estado y sus ciudadanos merecen.
Hace algunos días, los liderazgos sociales, productivos y políticos de los estados, así como representantes de los sectores rural, académico, educativo, cultural, deportivo y comisionados de los distintos órdenes de gobierno, se pronunciaron al unísono para que la administración federal atendiera su reclamo. Son voces que hasta el momento no han hallado eco y ni siquiera se han mencionado en el foro de la institución presidencial; al contrario, con un evidente maniqueísmo se ha dicho que la causa de la Alianza Federalista son los intereses de los mandatarios que la conforman, algo que es falso y que se desmiente con el llamado emanado de esta fuerza civil y social.
Se han utilizado a manera de tribuna mediática las conferencias presidenciales matutinas, en las cuales no sólo se ha tergiversado nuestro mensaje, sino que se ha descalificado y estigmatizado de manera continua nuestro llamado a la unidad y la necesidad de entablar un diálogo respetuoso y plural. En la Alianza Federalista nos hemos manifestado en busca de acuerdos políticos a través de la diplomacia institucional. Es hora de que recibamos un trato recíproco, porque nunca hemos faltado al respeto ni a la institución presidencial, ni a otros actores políticos.
También se ha hablado de la distribución de recursos con una notoria falta de contexto y sin ponderar las diferencias de los montos entre un periodo u otro: catastróficos recortes a los estados; cancelación de los mecanismos de compensación fiscal, diseñados para paliar las distorsiones propias de una legislación ajena a las circunstancias de hoy; lo que se ha dejado de invertir en las entidades en beneficio de las mega obras del gobierno federal; los proyectos y programas municipales y estatales cancelados, etc. Se necesita hablar sobre las afectaciones directas para que los mexicanos tengan un panorama completo y real del problema.
Respecto a la Ley de Coordinación Fiscal, el mismo Presidente de la República, cuando fungió como Jefe de Gobierno del otrora Distrito Federal, expuso lo anacrónico de un sistema de más de cuatro décadas que ya no representa las necesidades de la sociedad mexicana moderna. Los años no han pasado en vano sobre este precepto, al contrario, se han agravado con la crisis económica y de salud derivadas de la pandemia por Covid-19.
Si se ha declarado el final de las políticas neoliberales, esto también debe incluir el fin de una política fiscal que ha drenado recursos desde los estados y municipios hacia el gobierno central por generaciones. En la Alianza Federalista decidimos por unanimidad postergar el debate sobre la reformulación de la Ley de Coordinación Fiscal para atender por urgencia del reloj legislativo el tema del Presupuesto de Egresos 2021; sin embargo, ello no implica en absoluto descartar este importante asunto.
A su vez, denunciamos y rechazamos el trato injusto, la apropiación desastrosa de 109 fideicomisos y fondos públicos y la reducción de aportaciones a los estados por más de 181 mil millones de pesos.
A lo largo de este martes, los gobernadores de la Alianza Federalista realizamos pronunciamientos respecto a todos estos temas por medio de nuestros espacios en redes sociales.
Decidimos responder los señalamientos con hechos y datos duros, así como informar directamente a la ciudadanía, pues es cierto que merecen conocer los alcances y el impacto que tiene sobre su calidad de vida la puesta en marcha de políticas arbitrarias y saber cómo algunos de los programas y proyectos más importantes para nuestros estados se han visto truncados debido a una visión de presupuesto centralista.
También adelantamos nuestro llamado a la Cámara de Diputados para que, en un ejercicio histórico de autonomía y democracia, dejen de lado las líneas partidistas y actúen a favor de los intereses de quienes representan: las y los mexicanos de todo el país.
Necesitamos un Presupuesto Federal 2021 hecho a conciencia, que escuche a todas las voces y no sólo a una; con congruencia, respeto, responsabilidad y sobre todo visión de futuro y compromiso de unidad. Exigimos lo justo, no menos de lo que tenemos hoy.