Un fuerte sismo de magnitud 7 sacudió este viernes el oeste de Turquía y provocó el derrumbe de varios edificios, dejando al menos cuatro muertos y 120 heridos, informó el ministro Fahrettin Koca.
El temblor, que se sintió en Estambul y Atenas, tuvo lugar en el mar Egeo, al sudoeste de Esmirna, tercera ciudad de Turquía, y cerca de la isla griega de Samos.
«En este momento, hemos recibido informaciones según las cuales seis inmuebles se derrumbaron en Bornova y Bayrakli», en la provincia de Esmirna, indicó el ministro turco del Interior, Suleyman Soylu, en Twitter.
«Algunos de nuestros conciudadanos están atrapados bajo los escombros», añadió el ministro de Medioambiente, Murat Kurum, que por su parte dio cuenta de cinco edificios derrumbados.
Las autoridades turcas indicaron un terremoto de magnitud 6.6. Según el USGS, se produjo a una decena de kilómetros de profundidad.
Además, se registró un «mini-tsunami» y daños materiales en la isla griega de Samos, según la televisión pública griega Ert.
Las televisiones del país mostraban imágenes de nubes de polvo elevándose en el cielo, mientras que los habitantes se precipitaban a la calle víctimas del pánico.
El gobernador de Estambul, Ali Yerlikaya, señaló que no se constató ningún daño por ahora en la capital económica del país.
«Todas nuestras instituciones comenzaron a desplazarse al lugar para iniciar los esfuerzos necesarios», declaró el presidente Recep Tayyip Erdogan en Twitter.
Turquía se ubica en una de las zonas sísmicas más activas del mundo. En 1999, un sismo de magnitud 7.4 sacudió el noroeste del país, causando más de 17 mil muertos, un millar de ellos en Estambul.