Las elecciones presidenciales de Estados Unidos serán un parteaguas en la relación con México, pues el ciclo de quien resulte triunfador coincidirá con el cierre de la administración de Andrés Manuel López Obrador, señaló la embajadora mexicana en Washington, Martha Bárcena.
Esta situación y el contexto por la crisis sanitaria a causa del Covid-19 representan grandes oportunidades para afianzar y aprovechar las oportunidades que se abren para ambas naciones, indicó la diplomática al dictar una conferencia magistral como parte de las actividades del Observatorio de la Relación Binacional México-Estados Unidos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Aseveró que el gobierno mexicano trabajará con el de Estados Unidos, independientemente de quién triunfe en la elección (Donald Trump o Joe Biden), porque los dos países “tienen intereses permanentes y una agenda complejísima”.
Ante las diferencias entre las administraciones de López Obrador y Trump, la diplomática sostuvo que se lograron convergencias en los dos primeros años de gobierno del mexicano y los dos últimos del estadundiense, como la entrada en vigor del Tratado México, Estados Unidos y Canadá.
Tras el proceso electoral en aquella nación, agregó, vendrá un proceso para trabajar en otros temas centrales en la relación bilateral: migración, seguridad, economía, comercio y política exterior.
El de seguridad, aseveró, es sin duda “el dolor de cabeza de la relación bilateral”, ya que ellos han insistido desde hace décadas en parar el tráfico de drogas –actualmente las sintéticas—, mientras que México demanda frenar el tráfico ilícito de armas y el flujo de dinero irregular, que terminan en poder de los grupos del crimen organizado.
Añadió que el tema no se limita únicamente a ese tráfico, también incluye el manejo de aduanas, puertos de entradas, evitar el tráfico de personas. Y recordó que el enfoque del presidente López Obrador en torno a la seguridad es muy diferente al de Estados Unidos.
“Más que punitivo, es un enfoque donde sí, se persigue legalmente a las organizaciones criminales, pero también está basado en la seguridad ciudadana, en el fortalecimiento de las instituciones y en la cohesión social”.
En lo que toca a migración, destacó que la visión de ambos países no es coincidente, pues Estados Unidos lo ve como un tema esencialmente de seguridad y para México es un tópico social y económico.
Sin embargo, Bárcena destacó a la migración en parte es una de las fuentes de renovación demográfica en la población de Estados Unidos, a diferencia de lo que pasa en naciones europeas, que han comenzando a envejecer.
Aunado a ello, en este tema “ha habido mucha hipocresía” de parte de las administraciones estadunideses debido a que pese a todo, dejan pasar a miles de migrantes indocumentados, porque representan la mano de obra necesaria, pero a la vez son vulnerables y más baratos que si se les permitiera el ingreso regulado.
La embajadora recordó que en 2019 el intercambio comercial entre México y Estados Unidos alcanzó los 614 mil millones de dólares, y los tres estados de aquel país que son los principales socios comerciales fueron Texas con 219 mil millones de dólares, California con 79 mil millones de dólares y Michigan, con 69 mil millones de dólares.
Para dar una idea del alcance de esas cifras, destacó que que tan sólo el comercio entre México y Michigan fue igual al de Estados Unidos con Brasil y mayoy al que tuvieron el año pasado Reino Unido y China.
La coyuntura actual, refirió, brindará nuevas oportunidades para el incremento del comercio bilateral, por lo que México tendrá que hacer esfuerzos para ampliar y robustecer su infraestructura, así como para capacitar a su material humano.