El Premio Nobel de Economía fue atribuido este lunes a los estadounidenses Paul Milgrom y Robert Wilson, dos expertos en subastas «perfectas» cuyo trabajo innovador fue utilizado en particular para la asignación de frecuencias de telecomunicaciones.
El premio les fue otorgado por «mejorar la teoría de las subastas e inventar nuevos formatos de subasta», en «beneficio de los vendedores, compradores y contribuyentes de todo el mundo», dijo el jurado de la Academia Sueca de Ciencias.
Milgrom y Wilson, que estaban entre los favoritos para el premio de este año, crearon un concepto que se utiliza para la venta de licencias de frecuencias de telecomunicaciones en Estados Unidos. El jurado destacó que trabajaron tanto en la teoría como en la práctica.
El trabajo de los dos economistas, ambos profesores de Stanford, también se ha aplicado a los mecanismos de asignación de las franjas horarias de los aeropuertos.
«Las subastas son extremadamente importantes (…) estos nuevos formatos están al servicio de la sociedad en todo el mundo», dijo el miembro del jurado Peter Fredriksson en la conferencia de prensa que siguió al anuncio.
Robert Wilson, de 83 años, demostró, entre otras cosas, que los participantes racionales en una subasta tienden a hacer una oferta inferior a la situación óptima por miedo a pagar en exceso.