El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, dio a conocer que la brigada médica de despliegue internacional Henry Reeve fue nominada formalmente al Premio Nobel de la Paz.
Mediante una carta enviada al Comité Nobel de Noruega, el Consejo Mundial por la Paz registró la candidatura del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve al Premio internacional.
Lo anterior aconteció después de que su gobierno resaltó los grandes desafíos que ha representado para la humanidad la pandemia del Covid-19 y con ello, el rol esencial que resulta la solidaridad internacional para el alivio de las personas más vulnerables ante esta emergencia sanitaria.
“Vemos como el más sincero ejemplo de tal solidaridad internacional el trabajo que el contingente médico cubano Henry Reeve ha venido realizando desde mucho antes de que se anunciara el brote del coronavirus”, destacó el gobierno en la carta.
Asimismo, destacó que el cuerpo médico ha asistido a decenas de países en las distintas regiones del mundo como una labor altruista no solo durante la pandemia, sino que este actuar foma parte de “una tradición duradera cubana de cuidado humanista de otros pueblos que es llevada a cabo incluso enfrentados a desafíos económicos extremos para la Isla, la cual sufre sanciones extremadamente duras que, en un fuerte contraste con la disposición de los cubanos, también duran más de seis décadas e imponen serias privaciones al pueblo”.
En el escrito se detalla que antes de que se multiplicara la solicitud de ayuda al pueblo cubano por distintas naciones en medio de la epidemia, los especialistas ya habían colaborado “para superar los efectos de 16 inundaciones, ocho huracanes, ocho terremotos y cuatro epidemias”.
Señalaron que el Contingente Henry Reeve ha salvado “incontables vidas y mostrando la empatía y bondad humana por las cuales siguen siendo recordados dondequiera que han estado”.
Asimismo, considera que su trabajo “es clave en la construcción de paz en medio de conflictos violentos y estructurales”, y para que “las personas puedan tener cubiertas sus necesidades más básicas en condiciones de desastres y de extrema pobreza”.