El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha nominado a la jueza conservadora Amy Coney Barrett para cubrir la vacante dejada en el Tribunal Supremo por el fallecimiento hace una semana de la magistrada progresista Ruth Bader Ginsburg.
Donald Trump ha elegido a Barrett, que actualmente sirve en la Corte de Apelaciones del Séptimo Circuito, con sede en Chicago, para suceder a Ginsburg, tras mantener con ella una reunión esta semana en la Casa Blanca.
Barrett, católica y de 48 años, es la antítesis de Ginsburg, considerada como un icono feminista, al menos en lo que se refiere al derecho al aborto, que defiende recortar en la mayoría de supuestos.
De resultar confirmada por el Senado, donde el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, ya anunció que someterá a voto a la candidata elegida por el mandatario, sería la tercera nominada por Trump en llegar al Supremo, tras los jueces Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.
Con su posible ascensión a esa corte, la persona nominada por Trump consolidaría la mayoría de derechas en el tribunal con seis jueces conservadores y tres progresistas.