Por Jesús Michel Narváez
Todas y cada una de las protestas, de los reclamos que se realizan para que el presidente de la República visibilice a los reclamantes, son consideradas como “actos con intenciones electorales”.
Desde la óptica del presidente López la marcha de las feministas reclamando atención a las víctimas y el freno al feminicidio realizada en marzo, fue orquestada por sus adversarios neoliberales y con tintes electorales.
Los reclamos de quienes exigen detener la violencia, atender a los niños con cáncer, equipos e insumos para personal médico que se juega la vida para salvar la de quienes están contagiados por el Covid-19 y las paradas de ciudadanos que cada sábado en diversas partes del país y a bordo de sus autos piden la renuncia presidencial, son actos con tufo político-electoral.
Tampoco le concede validez al reclamo de quienes tomaron las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y las condenó por pintarrajear los cuadros de Maderos, Hidalgo y Morelos. Y por supuesto, las acusó de pertenecer a organizaciones de sus adversarios y que su movimiento tiene tintes electorales.
Para remate, el enfrentamiento entre campesinos y agricultores de Chihuahua para frenar la entrega de agua de la presa La Boquilla, ubicada en el municipio de Delicias, fue una provocación de exgobernadores, diputados, senadores y dirigentes nylon.
Los acusa de armar a los reclamantes y pide a la gente no dejarse manipular por personas acostumbrados medrar y a vivir del presupuesto y ahora incluso “acarrean” a las personas a las manifestaciones, en este caso, por intereses creados en el control y manejo del agua.
Qué rápido se borra de la memoria el pasado violento del ahora presidente de México.
Durante su vida de activista, que no ha dejado de lado para entender que ahora es el Presidente de todos los mexicanos, Andrés Manuel López incendió pozos, llamó a la huelga de pagos, tomó calles y realizó plantones que costaron cientos de millones de pesos.
Se vale, desde su perspectiva, aceptar dinero ilegal porque es para apoyar al “movimiento” pero no se admite que donadores de recursos lícitos sean reconocidos como personas de buenas intenciones que buscan respaldar a un nuevo partido.
La defensa del agua que hacen los chihuahuenses es porque en la entidad hay una marcada sequía y no se vislumbra, según los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional, que San Isidro abra las llaves durante los siguientes meses.
De acuerdo con información oficial, durante el enfrentamiento de hace dos días, fueron grabados dos exgobernadores y un diputado federal del PRI. De Gustavo Madero, senador del PAN, se confirmó que participó pero a distancia. ¿Cuál es el delito por el que se les quiere enjuiciar? Defender o aprovechar la ocasión para hacer parecer defensa su participación, forma parte de las libertades. Ojalá y el choque con el gobernador Javier Corral –no es de mis amigos- no lleve la sangre al río. Porque el presidente López pareciera estar buscando que el rojo líquido sí llegue a las aguas y no del Río Bravo.
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