Narcisistas y Egomaníacos

*AMLO Registrará “su” Marca

*Nadie Podrá Usar las Siglas

*Será Precursor de las Limitantes

Por Gerardo Lavalle

Registrar una marca tiene, por regla general, el uso exclusivo de quien obtiene la la autorización legal.

Casos que sirven como ejemplo son las que representan a la gran moda. Imperio Armani, Cartier, Omega, Rolex, Ford, Ferrari, Apple, HP, Samsung, Phillips, Bimbo, BBVA… Miles, millones de marcas se encuentran registradas en el mundo global.

El derecho de autor y de Propiedad Industrial, son indispensables para que los piratas literarios no copien los textos o los fabricantes de artículos o productos que violan las legislaciones al respecto. Imposible no tomar ideas o frases de las grandes obras. Son las que iluminan el conocimiento.

Probablemente entre los astros y estrellas de la moda y el espectáculo, el deporte y la cultura haya quienes muestran su egocentrismo en todo lo que da. Los narcisistas como Ronaldo, sienten que los aficionados no lo merecen. O como Mohamed Alí (Cassius Clay) que incuso se negó a ir a la guerra de Vietnam y cambió de religión y se volvió musulmán, cuya doctrina le impedía disparar a sus semejantes. Personajes como Michael Jackson o los Beatles registraron todas sus canciones y música; en México los compositores se hacen millonarios por concepto de regalías porque sus canciones y música no pueden ser ejecutadas sin el pago correspondiente.

Hasta ahora no se conoce que el nombre de un presidente y de su esposa cuenten con el   copyright (Derecho exclusivo de un autor, editor o concesionario para explotar una obra literaria, científica o artística durante cierto tiempo) porque la huella que dejan la juzga la historia. No importa que tan buenos hayan sido o qué tan malos. Ejercen un poder público sin límite. Las Casas Reales tienen sus escudos de uso exclusivo y sin autorización nadie más los puede usar.

Imaginar que nadie puede usar el nombre de la Reina Isabel para promover un perfume o un bolso o un atuendo, parecería cosa de un mundo paralelo en el que solo los que tienen la sangre azul deben pronunciar el noble nombre.

Usted se preguntará y con razón de qué rayos estamos escribiendo.

Le explicamos: el pasado jueves el diario El Universal publicó una información que su frivolidad mereció ser atendida. Se trata de que el presidente López y su esposa Beatriz Gutiérrez buscan registrar su nombre y siglas como marca comercial y evitar que terceros puedan lucrar con ellos.

¡Habrase visto más egolatría!

La marca será: Andrés Manuel López Obrador y solamente podrá ser usada por él en los mundos de la educación, servicios de entretenimiento, actividades deportivas y culturales.

¡Háganos usted el favor!

ENTRE LA ENVIDIA Y EL NARCISISMO

Si la pareja presidencial obtiene -¿hay alguna duda? el registro de su marca AMLO –de la señora se desconoce qué quiere registrar- nadie podrá usarla para los fines que se le autorice.

Seguramente el ciudadano presidente teme que alguien vaya a utilizar su foto, sus siglas, su calidad personal para hacer negocios que forman parte de la corrupción.

Y para evitar todo lo que se supone podría pasar, tendrá la exclusividad personal durante 10 años a partir del momento en que se le otorgue el certificado de propiedad intelectual.

Así nadie podrá llamar a su equipo de beisbol AMLO ni tampoco se imprimirán playeras con las cuatro letras. (Esto a tono con la cuatroté).

Aunque no se especifica en la información si la exclusividad contempla el uso de las siglas en tratándose de mencionar al presidente en notas periodísticas, podría darse el caso.

Porque el presidente López supone que sus siglas son suficientemente atractivas como para vender revistas, periódicos y espacios en la radio y la televisión.

La restricción afectará a quienes decidieron fabricas muñecos de trapo rellenos de borra; imaginamos que en las cachuchas de beisbol tampoco se permitirá un escudo con las cuatro letras.

¿A quién le interesa la marca Andrés Manuel López Obrador?

Creemos que la búsqueda del registro tienen sentido solamente si el ego rebasa la racionalidad.

Sin embargo, se entiende que el reformador de México, el que enterró la corrupción heredada de décadas –debería decirse de siglos-, que empobreció a la clase media para poder atenderla con sus programas sociales, rescató los “veneros del diablo” y logró que la economía se desplomara y no pasara nada “porque la economía moral” salvó todos los escollos, quiera ser el único que use sus siglas, su nombre, su personalidad.

(Por cierto, también promovió patentar la economía moral, aunque nadie sabe qué es eso y que resultados nefastos pueda tener).

CON O SIN REGISTRO, LA HISTORIA LO JUZGARÁ

A partir de que le sea otorgado el registro de propiedad industrial, la pareja presidencial no permitirá, salvo autorización expresa, el uso de AMLO o de Andrés Manuel López Obrador durante los siguientes 10 años…

Algo así como colocar el bozal a un furioso y agresivo can para impedir que ladre y muerda.

Sin embargo, podrá tener la exclusividad y tratar, porque se infiere aunque la solicitud no lo diga textualmente, de imponer cierta censura por sus actos como gobernante y, aunque no lo crea, será la historia la que juzgará su paso por la Presidencia de la República.

Eso en el entendido que haga valer su palabra de ser demócrata y en el 2024 decida retirase a su finca en Palenque, Chiapas.

De lo contrario, podrá renovar la exclusividad y aquellos que logren sobrevivir a los tiempos actuales, deberán de conformarse de mirar en la televisión las siglas AMLO&Company, y desde luna “sana distancia”.

Y la historia no será reprimida como no lo ha sido hasta ahora aunque los intentos no han dejado de estar presentes.

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