El jefe del servicio postal de Estados Unidos (USPS), Louis DeJoy, testificará ante el Senado este viernes sobre reformas que han provocado polémica en la antesala de las elecciones nacionales de noviembre, que se espera alcancen un récord de votación por correspondencia por la pandemia de Covid-19.
DeJoy, un donante de la campaña del presidente Donald Trump que asumió el cargo en junio, ordenó en las últimas semanas la eliminación de cajas de recolección y equipos de procesamiento, así como la reducción de las horas extra de sus trabajadores. Cambios que habrían ralentizado los tiempos de entrega en todo el país, según dijo un líder sindical a la Afp.
También reorganizó la alta gerencia y el USPS advirtió a la mayoría de los estados que no podía garantizar la entrega puntual de las boletas de votación.
En paralelo, Trump -que aparece en las encuestas detrás del demócrata Joe Bien- ha sido acusado de socavar la democracia después que dijera que se oponía a dar más fondos para el USPS, que sufre problemas de liquidez, sabiendo que dichos recursos se utilizarían en el proceso de votación.
También ha vinculado repetida e infundadamente la votación por correo con el fraude, en un momento en que se espera que gran parte de los votantes utilice las boletas de voto en ausencia como opción más segura en medio de la pandemia.
Los demócratas en el Congreso aprovecharon los cambios y las declaraciones de Trump para afirmar que la Casa Blanca estaba conspirando para socavar la confianza en la oficina de correo y ayudar a Trump en su carrera por un segundo mandato.
«Puro Trump. Él no quiere elecciones», ha dicho Biden.
Ante la presión del Congreso y manifestantes, DeJoy cambió su postura la semana pasada y dijo que las reformas se suspenderían hasta después de las elecciones de noviembre.
Sin embargo, el Congreso mantuvo la consulta y DeJoy está listo para testificar ante ambas cámaras este viernes y la próxima semana.
Estados Unidos es epicentro de la pandemia de coronavirus a nivel mundial y se prevé que el voto por correo alcance cifras récord. Tres cuartas partes de la población emitiría su voto por correspondencia, según estimaciones.