*Carambola de Tres Bandas de la Justicia Estadounidense
*Sí, ha Sido un “Estate Quieto” Lanzado Desde Manhattan
*Dejó Temblando a la Asociación Nacional del Rifle
*Ellos Férreos Defensores de la Venta de Armamentos
Por Nidia Marín
No fue un golpe mortal, pero sí lo suficientemente duro para afectar la venta de armas en el vecino país, tal vez por un tiempo. Fue una carambola de tres bandas. Sí, el “estate quieto” que dieron en Estados Unidos desde la fiscalía del Estado, a la poderosísima Asociación Nacional del Rifle (NRA), al acusarla (así como al grupo de derechos de armas y a cuatro funcionarios) de participar en un fraude multimillonario contra los donantes, los dejó temblando.
La demanda fue presentada el pasado jueves en el tribunal de Manhattan. En la misma se acusa del desvío de donaciones durante años (fraude) para beneficiar a los altos ejecutivos de la señalada organización y de violaciones a las normas que rigen a las instituciones sin fines de lucro.
En un comunicado firmado por la Procuradora de Nueva York, Letitia James, se explica que el estado exige restituciones millonarias y también sanciones por millones de dólares.
Fundada en 1871 en Nueva York por dos ex oficiales del Ejército de la Unión para mejorar la puntería de los estadounidenses (coronel William C. Church y el general George Wingate) la Asociación Nacional del Rifle ha transcurrido en una eterna controversia, fundamentalmente desde mediados del siglo XX hasta la fecha debido a la defensa que la misma realiza de la venta de armas, entre otras acciones discutibles. En los años 70 inició su participación en política en apoyo a los republicanos.
Y aunque hoy cuenta con más 5 millones de afiliados, el grueso de los estadounidenses está en desacuerdo con su labor sobre todo por tantos y tantos asesinatos en escuelas, supermercados y demás perpetrados por francotiradores en aquel país. Sólo entre 2018 y 2019 sumaron 120 muertos y 52 heridos en tiroteos en ocho estados de la Unión Americana entre los cuales está el ocurrido en El Paso, Texas, en agosto de 2019 donde murieron muchos mexicanos.
Defendida siempre por los republicanos, han transcurrido los años en los cuales México ha sido una víctima, directa e indirecta al tener que absorber, además, el paso por la frontera norte de armas para los grupos del crimen organizado, sea que crucen completas o en distintas piezas por medio del contrabando hormiga.
De ahí que la acusación hecha en Nueva York resulte benéfica, no sólo para los demócratas en el actual periodo preelectoral, sino también para los mexicanos.
De acuerdo al New York Times anualmente cruzan por la frontera hacia México ilegalmente 213,000 armas de distintos calibres. Otras informaciones señalan que hay 15 millones de armas circulando en México.
Y como dijera José de Jesús González Rodríguez en un trabajo realizado para la Cámara de Diputados en 2014:
“La producción y el comercio ilegal de armas, siempre corre en vías paralelas con los hechos ilícitos que se derivan de tales actividades y que dan lugar a la compra-venta y al trasiego subrepticio de armamento y sus accesorios. La existencia de mercados demandantes cada vez más amplios y el creciente surgimiento de crisis políticas, movimientos separatistas, guerrillas, organizaciones delincuenciales de corte trasnacional y regímenes autoritarios o policiacos, ocasionan que el mercado de armas sea una actividad cada vez más boyante y carente de escrúpulos”.
También como planteara el Senado en aquellos tiempos:
“Las autoridades mexicanas no han detectado a ninguna organización del país o del extranjero que controle el tráfico de armas, sino a intermediarios que operan para ellos. Es, dicen, un tráfico “hormiga” que llevan a cabo ciudadanos estadounidenses o residentes legales a cambio de dinero (Astorga, 2010).
“Las mismas rutas de la droga hacia Estados Unidos son utilizadas para traficar armas en sentido contrario (Astorga, 2010).
“En la frontera México-Estados Unidos hay 19 lugares formales de cruce y un número indeterminado de cruces informales (Astorga, 2010).
“Estados Unidos tiene identificadas 5 rutas primarias del tráfico de armas, las cuales inician en los estados de Washington, Utah, Colorado, Illinois, Georgia y Florida, y llegan a las ciudades de San Diego, Nogales, El Paso, Laredo y McAllen (Astorga, 2010).
Hasta aquellos años se habían identificado, de acuerdo a la Cámara Alta, con fundamento en la entonces Procuraduría General de la República, cuatro rutas para el tráfico de armas: Pacífico, Centro, Golfo y Sur.
Pacífico: Tijuana, Mexicali, Nogales, Hermosillo, Culiacán, Tepic, Guadalajara, Morelia, Chilpancingo y Oaxaca.
Centro: Ciudad Juárez, Chihuahua, Durango, Morelia, Chilpancingo y Oaxaca.
Golfo: Ciudad Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo, Ciudad Miguel Alemán, Reynosa, Matamoros, Ciudad Victoria, Veracruz y Oaxaca.
Sur: Balancán, Tuxtla Gutiérrez, Ciudad Cuauhtémoc, Tapachula y Ciudad Hidalgo.
La esperanza hoy, es que las autoridades estadunidenses castiguen a la poderosa agrupación, por el bien de todos.