Robert Trump, hermano menor del presidente estadounidense Donald Trump, murió este sábado a los 72 años de edad en un hospital de Nueva York.
Esto fue informado por el presidente estadounidense en una declaración emitida por la Casa Blanca.
“Lo extrañaremos mucho, pero nos volveremos a encontrar. Su recuerdo vivirá en mi corazón para siempre”, se puede leer en el documento.
El canciller mexicano Marcelo Ebrard, envió en redes sociales las condolencias del Gobierno de México a Donald Trump.
El presidente se había desplazado este viernes a Nueva York para visitar a su hermano, tras revelar que estaba ingresado en un hospital de esa ciudad y que lo estaba “pasando mal”, aunque sin dar detalles sobre su enfermedad.
Según un amigo de la familia Trump que habló con el diario The New York Times bajo condición de anonimato, Robert había sufrido hemorragias cerebrales recientemente como consecuencia de una caída, y en las últimas semanas su salud se deterioró hasta el punto de que ya no podía hablar por teléfono.
Tras su visita del viernes, que duró menos de una hora, y consciente de que no se esperaba que Robert viviera mucho más, el presidente llamó este sábado al hospital donde estaba ingresado su hermano desde su club de golf en Bedminster (Nueva York), donde pasa el fin de semana, según el diario neoyorquino.
El mandatario y su hermano menor tuvieron altibajos en su relación, pero en 2016 Robert dijo que apoyaba “al cien por cien” la candidatura de Donald a la presidencia de Estados Unidos, y le abrazó la noche de su victoria electoral.
En junio de este año, Robert Trump inició una acción legal para intentar detener la publicación del libro sobre el ahora presidente de EE.UU. escrito por su sobrina Mary Trump, hija de su hermano mayor, el extinto Freddie.
Aunque no logró su objetivo, Robert demostró con esa batalla legal su lealtad al mandatario estadounidense, que valora esa cualidad por encima de todo entre sus allegados.
Mucho más callado que el presidente, Robert Trump intentaba mantenerse lejos de las miradas públicas y se ajustó a esa costumbre desde que su hermano llegó a la Casa Blanca.
Como benjamín de los cinco hermanos Trump, a Robert nunca se le preparó para tomar las riendas del imperio inmobiliario familiar, y quedó por tanto aislado de mucha de la presión y disciplina que su padre ejerció sobre sus dos hijos mayores, incluido Donald, de acuerdo con el Times.
Robert, que nunca tuvo hijos pero crió como si fuera suyo al descendiente de su primera mujer, Blaine Trump, empezó su carrera en Wall Street, pero acabó trabajando para su hermano como ejecutivo en la empresa familiar.
En su libro, Mary Trump describe así la dinámica entre los dos hermanos: “Donald había descubierto muy pronto lo fácil que era meterse bajo la pálida piel de Robert y empujarle más allá de sus límites, era un juego al que nunca se cansó de jugar”.
La relación entre ambos se debilitó en 1990, cuando Donald culpó a Robert de los problemas con la apertura de un casino en Atlantic City. El hermano menor se distanció de los negocios clave de la empresa durante años, y ambos no se reconciliaron hasta que el mayor decidió presentarse a la Casa Blanca, según el New York Times.
Además del presidente, a Robert Trump le sobreviven sus dos hermanas mayores, Maryanne y Elizabeth, y su segunda esposa, Ann Marie Pallan.