Hollywood es acusado de autocensurarse para permitir que sus películas lleguen al gigantesco mercado chino, de acuerdo a un informe publicado por la organización Pen America.
Los guionistas, productores y directores practican alteraciones de todo tipo con la esperanza de acceder a los 1.400 millones de consumidores con que cuenta China, según Pen America, una asociación estadounidense de defensa de la libertad de expresión.
Esto va, señala, desde quitar una bandera taiwanesa de la chaqueta de Tom Cruise en «Top Gun: Maverick» hasta borrar a China como la fuente de un virus zombie en la película «World War Z», lanzada en 2013.
También se trata de evitar temas sensibles, como el Tíbet, Taiwán, Hong Kong o Xinjiang, y no mostrar personajes que pertenezcan a la comunidad LGBTQ.
«Apaciguar al gobierno chino y sus censores se ha convertido en una forma de hacer negocios como cualquier otra», dice el informe.
Pekín tiene uno de los sistemas de censura más estrictos del mundo en el departamento de propaganda del Partido Comunista Chino, que decide si una película extranjera puede acceder al mercado local.
Solo un puñado de cintas foráneas se exhiben cada año en China, que pronto será el mercado cinematográfico más grande del mundo.
Superproducciones estadounidenses como «Avengers: Endgame» o «Spider-Man: Lejos de casa» han generado más ingresos en China que en Estados Unidos.