A nivel global, la Organización Mundial de la Salud confirma 17.6 millones de casos de coronavirus y 680 mil 354 muertes. Del total, América Latina registra más de 4.8 millones de contagios y 200 mil decesos.
Brasil es el país foco de la pandemia en Latinoamérica con 2.7 millones de casos confirmados y 93 mil 563 defunciones, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Le sigue México con 434 mil 193 casos confirmados y 47 mil 472 decesos por COVID-19, cifras presentadas este 1 de agosto por las autoridades federales. Por muertes, México registra más que siete países con un mayor número de población, detalló un estudio de TResearch.
Perú ocupa el tercer lugar por mayor número de contagios, con 497 mil 492 y 19 mil 021 decesos. Chile, en cuarto lugar, registra 357 mil 658 casos y 9 mil 533 muertes.
El coronavirus ha puesto contra las cuerdas a los frágiles sistemas de salud de Latinoamérica, donde numerosos países afrontan ya dramáticas situaciones de saturación hospitalaria, escasez de profesionales y desborde de servicios funerarios.
En plena fase de transmisión “intensa” del virus, como lo ha descrito la Organización Mundial de la Salud (OMS), países como Panamá, Ecuador, Perú o Bolivia han advertido en la última semana de un desborde, mientras otros, como Colombia, Brasil o Chile, intentan mantener a flote los servicios con la capacidad hospitalaria a tope en varias de sus ciudades.
En algunas zonas de Latinoamérica los médicos incluso se han visto obligados a elegir a qué pacientes internar o atender con prioridad, mientras en Bolivia se contempla la expropiación de hospitales y cementerios privados.
Antes de la pandemia ya existía una situación compleja en la región, cuyo gasto total en salud es en promedio el 6.6 por ciento del PIB, inferior al 8.8 por ciento de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), y con grandes variaciones de país a país, desde el 1.1 por ciento en Venezuela, pasando por el 9.2 por ciento en Uruguay, hasta un 11.7 por ciento en Cuba en 2017.
Además, la región sigue reportando un déficit de personal, con dos médicos por cada mil habitantes, frente a un promedio de 3.5 de los países de la OCDE, un problema que ha desnudado la pandemia, en la que profesionales de diversas especialidades están tomando lugar en las UCI ante la falta de intensivistas.