*Sorprende a Senadores y Priistas
* Versión: Lozoya la Involucraría
Por Jesús Michel Narváez
Vanessa Rubio Márquez se convirtió el 7 de septiembre de 2016 en la primera mujer en ocupar la subsecretaria de Hacienda. Siguió a su jefe político: José Antonio Meade, quien regresaba a la poderosa dependencia después de estar en la Secretaría de Desarrollo Social y haber pasado por la de Relaciones Exteriores y anteriormente por la de Energía.
Lo siguió durante la campaña para la Presidencia de la República del primer candidato del PRI que no era militante. Durante los meses a suelo raso, la graduada en doctorado por la London School of Economics, se convirtió en la figura política-política nunca conocida. Su experiencia en el manejo de las finanzas públicas, puso en marcha el concepto de James Carville, asesor de Bill Clinton durante su primera campaña y conservó el espíritu de que “¡Es la economía, estúpido!” lo más importante para el crecimiento económico que permite el desarrollo de los países y la mejoría de las personas.
A la experta en finanzas públicas no se le conocen escándalos de ninguna especie.
Sin embargo, su inesperada solicitud de licencia causó expectación. En su cuenta de Twitter anunció el 16 de julio: “Solicité licencia para dedicarme por un tiempo a la academia y consultoría. Después de 26 años de trabajo en la administración pública tomo esta decisión personal y familiar. Siempre con la cabeza en alto, siempre comprometida con mi país. Ya con licencia, decidiré la mejor opción”.
La congresista, nacida en la Ciudad de México hace 48 años, brilló con intensidad en los cargos que desempeñó: subsecretaria para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores, subsecretaria de planeación, evaluación y desarrollo regional de la Secretaría de Desarrollo Social. Y de septiembre de 2016 a noviembre de 2018 fue subsecretaria de hacienda y crédito público de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Siempre al lado de José Antonio Meade.
Llegó al Senado de la República, en su primer cargo en el Poder Legislativo, por la vía plurinominal y durante 20 meses con 16 días estuvo activa participando en comisiones y en debates sobre economía y finanzas además de política-política.
Su solicitud de licencia, comentada, dijo, con el coordinador de la bancada del PRI en la Cámara Alta, Miguel Ángel Osorio Chong, no se entiende salvo que encuentre señalamientos por parte de Emilio Lozoya Austin, quien ya se encuentra en México después de permanecer prófugo de la justicia mexicana por más de un año.
UNA HISTORIA DE SUPOSICIONES
Para los observadores de la política mexicana, la sorpresiva petición licencia al cargo de senadora, tiene una sola lectura: que en los interrogatorios que ya se le realizan al exdirector de Petróleos Mexicanos salga su nombre y no para bien.
Sin embargo, recorriendo la historia de Lozoya no parecería haberse cruzado jamás con Rubio Márquez en asuntos de las finanzas públicas.
El ahora residente del Reclusorio Norte participó como director de Pemex del 4 de diciembre de 2012 al 8 de febrero de 2016.
La subsecretaria asumió la posición el 7 de septiembre de 2016. Hay 7 meses de distancia entre la remoción de Lozoya y el nombramiento de Rubio.
Para esas fechas ya se conocían denuncias en contra del exdirector de la petrolera mexicana. Se hablaba, sin presentar pruebas al respecto, del soborno entregado por la brasileña Odebrecht por 5 millones de dólares –ahora se afirma que fueron 10 millones- que fueron utilizados en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto. Después surgió la compra de Pemex a Altos Hornos de México (AHMSA) de la petroquímica Agro Nitrogenados, por la que se pagaron 275 millones de dólares. Sin embargo, hay informes confirmados que la operación se realizó en 2014. Las indagatorias revelaron que la empresa adquirida no ha producido urea, debido al freno en la elaboración de amoniaco al menos desde septiembre del año pasado, según cifras de Pemex y la Secretaría de Energía (Sener).
En la historia de suspicacias aparece el nombre de Alonso Ancira, detenido en España aunque goza de libertad condicional, quien en aquellos tiempos fungía como presidente del Consejo de Administración de AHMSA y quien presuntamente realizó la venta en tiempo en los que Lozoya dirigía la petrolera mexicana.
En el caso del soborno de la constructora brasileña, cuyos directivos fueron encarcelados en Brasil y en otros países varios expresidentes formaron parte de la mayor operación de cohechos en la historia moderna, Lozoya no era funcionario público. Formaba parte del equipo de campaña de Enrique Peña Nieto y atendía las relaciones internacionales.
Como en el pemexgate en el año 2000, se descubrió 2001 que recursos por 500 millones de pesos del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, con Carlos Romero Deschamps como su dirigente, fueron utilizados para solventar la campaña presidencial de Francisco Labastida, candidato del PRI. El IFE aplicó una multa de mil millones de pesos, pero nunca se comprobó que ese dinero ingresara al partido o al equipo de campaña, el asunto del soborno presuntamente recibido por Lozoya tampoco ha sido comprobado.
El INE ya realizó la fiscalización de los gastos de la campaña de Peña Nieto y que se sepa jamás se multó al PRI por haber incrementado el tope de gastos de campaña.
LAS FECHAS Y LA DISTANCIA
Si en algún momento hubo relación entre la subsecretaria y el exdirector de Pemex no se trató cuando ambos estaban en funciones.
La Auditoría Superior de la Federación, en ese tiempo a cargo de Juan Manuel Portal Martínez, no reportó en la auditoría del año 2016 las presuntas irregularidades de que hoy está acusado Lozoya Austin.
Sin que se comprueben las fechas de la compra de la petroquímica Agro Nitrogenados, resulta sospechoso que se intente involucrar a todos los funcionarios del sector financiero que no estuvieron en tiempo y forma durante la gestión de Lozoya como director de Pemex.
En todo caso, si hay ilícito cometido en la Secretaría de Hacienda la responsabilidad recaería en Luis Videgaray Caso y su equipo de trabajo, quien inició en el cargo en diciembre de 2012 y fue relevado el 7 de febrero de 2016.
Como fuere, Vanessa Rubio Márquez no estuvo presente durante la gestión de Lozoya y no tenía el poder de decisión sin consultar a José Antonio Meade, quien a su vez consultaba con el presidente Peña Nieto.
Por eso resulta extraña la solicitud de licencia y el abandono del país para dedicarse a temas académicos, según confesó la senadora.