*Temor Manifiesto ante AMLO
Por Jesús Michel Narváez
Para eso me gustaba, dirían los mal hablados pero conocedores de las expresiones populares en nuestro país.
A cuento porque el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, había declarado que la información del número de reuniones de seguridad a las que ha asistido es falsa, ya que aseguró que él no ha ido a ninguno de estos encuentros y no piensa asistir a ellos.
“Yo digo que es falsa esa información, porque aparece que tres veces he ido y yo no he ido a ni una, entonces son falsos los datos. No he estado ni iré a esas reuniones, aunque ya lo había dicho públicamente y lo vuelvo a repetir”. Palabras del mandatario.
Sin embargo, ante el presidente López reculó y mostró el temor que le tiene. Simplemente recordó que es de sabios cambiar de opinión y que desde ya irá a todas las reuniones de seguridad. (¿Desde cuándo don Diego es sabio?)
En el Estadio de CU le habrían gritado: “… ulero… ulero… ulero”.
Entiendo que el presidente López como cualquiera de sus antecesores, merece el respeto de la investidura. Pero ni López ni ninguno es un ser Supremo, superior, mayormente. Es simplemente un servidor de los ciudadanos. Es mandatario y sus responsabilidades se definen como: El rol del mandatario, en los sistemas democráticos, queda establecido por la Constitución y las leyes. Las personas que acceden a una función de estas características sólo permanecen en el cargo el tiempo que estipula la ley, mientras que su poder también está limitado por las normas. En un régimen dictatorial, en cambio, el mandatario no tiene límites ni restricciones en su accionar. (¿Alguna sospecha?
López llegó a Irapuato y desde ahí realizó su mañanera acompañado del gobernador y, sorpresa, por el secretario de Seguridad Ciudadana, Alfonso Durazo –cada día engola más la voz como si eso le diera autoridad- y durante la conferencia casi, casi, regañó al titular del ejecutivo estatal que, también oh sorpresa, le colocó la alfombra roja con antivirus para que no se fuera a contagiar.
Un gobernador que teme al Presidente no merece ser gobernador. La diferencia entre miedo y dignidad es diametralmente distinta.
Diego Sinhue mostró la debilidad que le gusta imponer al presidente López. Muy al estilo de Donald Trump: grita, amenaza y negocia bajo sus condiciones no las de quien tiene la responsabilidad ante sus gobernados.
Guanajuato-estado, el corazón del huachicol y con el delincuente apodado El Marro, vive una etapa de terror, de asesinatos, de ríos de sangre. Abandonado por el Poder Ejecutivo federal, sus habitantes no saben a quién rezarle.
Y en la mañanera, el presidente López admitió que el huachicoleo sigue y al alza. ¿Pues no que lo había acabado en los primeros meses del 2019 cuando escasearon los combustibles en todo el país? Pregunta a vola paso.
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