El gobierno capitalino actual dejará bases sólidas para tener una policía buena, distinta para, entre otras cosas, mandar un mensaje claro a la delincuencia organizada y del fuero común: se le combatirá continuamente, advirtió Bernardo Gómez del Campo, subsecretario de Desarrollo Institucional de la Secretaria de Seguridad Ciudadana (SSC).
Sin embargo, en entrevista con El Sol de México, precisó que no se caerá en el juego de los criminales, que es el uso de la fuerza contra la fuerza, sino que se privilegiará la inteligencia, tecnología y capacitación a fin de responder rápidamente, como se vio el día del atentado contra el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch.
Reconoció que al interior de la corporación se tiene que trabajar en infundir el respeto a los derechos humanos y que el objetivo es que los policías los apliquen cotidiana y habitualmente.
Descartó que se exista una policía 100% honesta, porque no la hay en el mundo, “pero si vamos a combatir la ineficiencia y la corrupción todos los días”.
Resaltó el hecho de que al frente de la SSC esté un policía de carrera, porque eso da seguridad, los elementos están comandados por una persona que ante una eventualidad responderá con apoyo a los elementos, da certeza de que al frente está alguien que entiende, comprende y además le apasiona la carrera policíal
El subsecretario hizo un diagnóstico inicial de la policía capitalina, la cual, opinó, es operativamente eficiente, que a lo largo de los años ha alcanzado una capacidad de respuesta de entre tres y cuatro minutos, con una amplia oportunidad de desarrollo y que su titular, Omar García Harfuch, ya aprobó un proyecto de carrera y de vida policial, desde los ángulos técnico, profesional y humano.
Precisamente, de las debilidades que encontró en la SSC, el funcionario mencionó un sistema precario de carrera, sin certeza de progresar por concurso, sino que se avanzaba por otros medios,
Aseguró que eso se empezó a revertir y ahora ya se tienen dos generaciones de policías que ascienden por concurso y no por un favor de un mando.
En lo que se refiere a las fortalezas, señaló en primer lugar la vocación de los policías de la ciudad, su afán de aprendizaje, ya que muchos de ellos estudian en universidades y en el de la propia SSC. Añadió el aprovechamiento de la tecnología y un enlace continuo entre el C5, las subsecretarías de Inteligencia y Operación para dar respuestas más eficientes.
Al hablar de la corrupción, sostuvo que no es un tema unilateral, que la dependencia trabaja con una Unidad de Asuntos Internos con un área de inteligencia preventiva, por lo que no solamente responde a denuncias, a las cuales obviamente se les investiga, da seguimiento y resolución, sino que busca ubicar a elementos que se salen de la norma para actuar.
Sin querer echarle la culpa a la comunidad, el funcionario afirmó poner las cosas como son, que los ciudadanos también deben poner de su parte y no ofrecer dádivas a los policías.
El subsecretario de Desarrollo Institucional admitió que se tiene que trabajar en hacer operativos los derechos humanos, meter en la estructura mental de los policías que al hacer un buen trabajo y uso de la fuerza adecuado cumplen con el respeto a las garantías individuales y colectivas, sin tener ni siquiera que pensar en ello.
“Esa es nuestra tarea y eso es lo que nosotros queremos, cambiar la estructura mental del cadete, para que cuando salga no tenga que aprenderse los derechos humanos, sino que los aplique en una forma cotidiana y habitual”, estableció el entrevistado.
Dio a conocer que actualmente hay dos mil aspirantes a policías, 90% toma cursos en línea, lo cual sirve para que empiecen a manejar la tecnología; luego, con las medidas adecuadas para que no se contagien de Covid-19, y por escalonamiento reciben en internamiento el adiestramiento táctico y técnico.