*Gertz Manero Cuestiona los Métodos de Nieto Castillo
*Una Batalla sin Límite de Tiempo en Aras de la Justicia
Por Jesús Michel Narváez
No sorprende que el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero mantenga un choque de trenes con el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto Castillo. Sin embargo, las diferencias van al alza y ello preludia acciones que no beneficiarán a ninguno de los dos.
Hay que apuntar que el Fiscal es autónomo –un poco entre comillas- aunque puede ser removido por el presidente de la República por delitos graves; tiene la posibilidad de solicitar licencia al cargo y corresponde al Senado otorgarla o no. En el caso del titular de la UIF, solo hay una persona que lo puede ratificar o retirar: el Jefe del Ejecutivo federal aunque el operador sea el secretario de Hacienda.
El enfrentamiento entre ambos personajes ligados en la lucha contra la corrupción y la impunidad como tarea prioritaria, no comparten las formas aunque quizá sí el fondo de llevar a cabo las batallas para ganar la guerra.
Gertz Manero pone en tela de duda las “denuncias” de Nieto Castillo porque, afirma, no aporta pruebas y la Fiscalía está impedida legalmente a iniciar carpetas de investigación en materia fiscal porque es facultad exclusiva de Hacienda.
Ciertamente ambos personajes gozan del respaldo presidencial. Quizá el titular de la UIF tenga mayor cercanía por ser empleado directo del Presidente López. A lo mejor por el respeto a la autonomía –acotada- del Fiscal. Como fuere, entre los dos hay una lucha por el poder o por la aplicación correcta de la ley sin que los reflectores sean los testigos de las acciones legales.
Seguramente al titular de la UIF le quedan resabios después de haber sido removido de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales por atender asuntos que, conforme a derecho, no estaban en su esfera pero que propiciaron el enojo del entonces habitante de Los Pinos. Una salida estrepitosa y sin justificación que fue aprovechada por aquellos cercanos, los que le hablaban al oído al presidente Peña Nieto, para intentar defenestrarlo sin mucho éxito.
En esta mala relación, queda de manifiesto que Gertz Manero comienza a dejarse querer por los micrófonos y las cámaras mientras Nieto Castillo aprendió ya hasta a quitarse los brillos de la frente.
Es, empero, una batalla sin límite de tiempo hasta que el réferi decida lo contrario. Ojalá y que los señalamientos de Nieto sobre su lejano pariente -¿lo son o no?- tengan sustento y no sea otra filtración para ganar la de “ocho” en los medios.
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