En mayo un millón 900 mil personas se encontraban desempleadas, aunque buscaron activamente un espacio de trabajo; 19 millones 400 mil más no lo buscó, pero está al tanto que necesita una fuente de ingresos laborales, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La subocupación y la informalidad han sido los principales diques para contener la pérdida de espacios de trabajo que implicó la crisis de salud y económica por la pandemia de Covid-19 en México y que dejó a más de 12.5 millones de personas fuera del mercado de trabajo, mismos que no han vuelto a trabajar.
En mayo, 2 millones de personas se unieron a la desocupación, es decir, que tienen una jornada laboral menor a la que necesitan o quisieran para generar ingresos. Con 13 millones de personas trabajando en esta condición, la tasa se ubicó en 29.9 por ciento, cifra 4.5 por ciento mayor a la de abril, cuando se registró la afectación masiva a las condiciones de trabajo.
En la informalidad se ocuparon 22.6 millones de personas, es decir, 51.8 por ciento de la población ocupada, cifra mayor en 4.1 por ciento a la de abril, exhibe la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE), instrumento emergente para dar seguimiento a los indicadores laborales en medio de la contingencia.
Asimismo, Inegi reportó que la mayor escasez de empleo en esta coyuntura se concentra en las personas de 25 a 44 años, 41.9 por ciento de quienes buscan trabajo se encuentran en ese rango de edad; le siguen los de 45 a 64 años con 34.9 por ciento. No obstante, frente a abril, el primer grupo disminuyó 7.3 por ciento y el segundo aumentó 13.3 por ciento.