La Torre Eiffel volvió a acoger turistas este jueves después de haber permanecido más de tres meses cerrada por la pandemia de coronavirus COVID-19, ante la que se han aplicado nuevas medidas de seguridad para minimizar los riesgos.
El monumento parisino se había despedido del público el pasado 13 de marzo por un periodo indefinido. Hoy, y al ritmo de una pequeña batucada, regresó a la actividad aunque todavía de manera parcial.
De momento, hasta el próximo 30 de junio, solo se podrá acceder hasta la segunda planta y por las escaleras, con un recorrido de subida y bajada fijado para evitar el cruce entre la gente.
El uso de mascarilla es obligatorio a partir de los 11 años y hay un número de visitantes limitado tanto en su explanada como en sus plantas, donde se han colocado además señales en el suelo para invitar a respetar la distancia de seguridad.
Los ascensores que llevan hasta la segunda planta volverán a estar disponibles el 1 de julio y, en función de la situación sanitaria, se permitirá también el acceso hasta el último piso a lo largo del verano, según precisó su página web.
Este ha sido su cierre más largo desde la Segunda Guerra Mundial y su reapertura se suma a la de otros puntos turísticos destacados de la capital francesa, como el Museo de Orsay, que reabrió sus puertas el martes, mientras que el del Louvre lo hará el próximo 6 de julio.
En este tiempo, el monumento ha aprovechado su simbolismo para unirse a las muestras de solidaridad hacia el personal sanitario y las víctimas del virus con la instalación por ejemplo de un cartel luminoso que un par de horas por la noche enviaba mensajes de apoyo a los afectados.