Más puntos de interés sobre la encuesta de COVID-19

Sol Cárdenas Arguedas, David Martínez y David Torres Yáñez

Periodo: 16 de mayo – 10 de junio de 2020. Respuestas totales, 149.

Se presentan los resultados del estudio sobre hábitos e impacto del confinamiento producto de la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19).

Existe un total de 149 respuestas. Esto implica un 50% de aumento con respecto a la primera entrega y, por tanto, confirma algunas tendencias, así como, cambia otras. En esta entrega la mayoría de las respuestas son de mujeres (61%).
El rango de edad oscila entre los 25 y 45 años, en más de la mitad de los encuestados (58%).
Sigue presentándose un sesgo importante, debido a que el 83% de los encuestados residen en la Ciudad de México, y el 85 % de los encuestados cuenta con educación superior (licenciatura y posgrado). Se observa una población que, en su mayoría, no tiene hijos (61%), esto significa un cambio con respecto a la entrega anterior (antes el 47% respondió no tener hijos).
Una gran parte de los encuestados (61%) se conecta a internet por celular, computadora y tableta, lo cual permite inferir que la población encuestada no tiene obstáculos mayores para hacer seguimiento de medios de información y redes sociales. Esto muestra, las limitaciones de esta encuesta, ya que únicamente las personas con estos medios pueden responder.
Las personas que respondieron el cuestionario, en casi su totalidad (97%), no se han realizado la prueba del coronavirus. Al igual que en la entrega anterior, en esta sigue sin coincidir el dato relativo a aquellas personas que se han hecho la prueba con respecto a aquellas que confiesan tener algún síntoma (6%).
El 55% de los encuestados conocen a una persona o más que ha contraído COVID y 69% han estado en contacto con personas que podrían tener síntomas. Una pequeña minoría de los encuestados no posee ningún tipo de seguridad social.
El 85% de las personas, señala que se encuentra en cuarentena, las razones por las cuales han decidido hacerlo son las siguientes: una mayoría señala que es por instrucciones del gobierno federal (40%), y otras por voluntad propia (38%). A partir de este dato, sumado a que los encuestados perciben la acción del gobierno federal como positiva en una escala mediana, sería relevante analizar las respuestas a esta pregunta a partir de la implementación de la “Nueva normalidad”.

encuesta_covid_resultados_segunda_entregaSobre estos resultados se advierten las tendencias siguientes:

Tanto el distanciamiento social como el trabajo desde casa, home office, son una realidad para las personas que han contestado la encuesta. Es una tendencia que se ha reforzado. La cantidad de veces que las personas se lavan las manos ha aumentado a más de diez. Esto es cuatro veces o más con respecto a la primera entrega.
La confianza en las instituciones sociales y públicas se mantiene. La familia es la institución en la que más confían las personas encuestadas. Cabe señalar que, hay una gran confianza en el sistema de salud y una gran decepción en los partidos políticos y los tribunales de justicia. Además, la mayoría de las personas apoyan (poco, algo o mucho) las medidas que las autoridades han puesto en marcha en respuesta a la crisis.
La principal preocupación no es por el COVID en sí, sino por la situación económica y la incertidumbre en torno a la estabilidad de los empleos. Esta es una tendencia que se refuerza.

Podríamos decir que, en general, las personas encuestadas se preocupan por los demás. El 78% respondieron que estarían dispuestos a renunciar un porcentaje de su ingreso personal si eso implicara que se detuviera la propagación de la enfermedad.

El 70% de los entrevistados piensan que está justificado (poco o mucho) que algunas personas no guarden la cuarentena y/o el distanciamiento. Llama la atención que, de ese 70%, el 47% piensan que deberían castigarse económicamente los comportamientos riesgosos en la propagación del virus. En cambio, el 30% que respondió que no se justifica, de esos, el 91% señala que sí deberían ser sancionados. Esto lanza, de momento, dos hipótesis:

En realidad, hay personas que realmente no creen que está justificado.
O, tal vez, no consideran un comportamiento riesgoso no estar en cuarentena.

Con respecto a la salud mental, el estrés, es un tema a considerar: una gran mayoría lo califica en posiciones altas. También en estas posiciones se encuentran otros fenómenos, como: la ansiedad, el insomnio, y el agotamiento y las ganas de no hacer nada. A pesar de lo anterior, se aprecia que la gran mayoría de las personas considera su vida como positiva en este momento. Habrá que estar pendientes de la irritación y el enojo como factores emocionales.
En cuanto a las manifestaciones de violencia, la mayoría de los encuestados (77%) no se han sentido agredidos por algún miembro de su familia. Es más, las relaciones dentro de los hogares, según la mayoría (54%), están igual y según el 36% han mejorado. La tendencia de la entrega anterior se refuerza al observar que casi dos terceras partes de los encuestados señalan que no ha empeorado la relación con las personas que comparte la casa.
El debate sobre el home office dará de qué hablar, ya que una amplia mayoría (75%) afirma que ha aumentado la carga de trabajo (considerando el trabajo al interior del hogar).
Los hábitos alimenticios revelan que hay un consumo de carnes y verduras, y poco de alimentos procesados. De igual forma, muestran la insuficiencia de algunos como el huevo y los licores (pues el periodo coincidió con la escasez de cerveza). La encuesta muestra un aumento en las compras en los supermercados.
En cuanto al gasto, hay una mayoría (51%) que desembolsa lo habitual o menos. El 86% señala que en su zona hay servicios de entrega a domicilio para alimentos, sin embargo, ha acudido regularmente al supermercado en los últimos siete días. Igualmente, el confinamiento muestra un alza de los servicios bancarizados.

Próximo corte 3 de julio de 2020.

Ventajas y desventajas de este estudio. La metodología de este estudio, presenta ventajas y desventajas notables:

Ventajas

Desventajas

El estudio permite acceder a sub-grupos de la población que mediante encuestas presenciales sería mucho más difícil. Esto se aplica especialmente a estos tiempos de aislamiento social.
Permite recolectar rápidamente una gran cantidad de respuestas.
A diferencia de los estudios tradicionales, donde los tiempos siempre están a cargo de entrevistador, aquí el entrevistado puede cumplimentar la encuesta en el momento que le sea más conveniente.
Mayor sinceridad. Se trata de una encuesta autoadministrada. Al no existir la figura del encuestador, se fortalece el carácter anónimo de las respuestas. Esto, por supuesto, aumenta el nivel de confiabilidad y de certeza. Ante la ausencia de un entrevistador también se reduce el error que puede introducir la variabilidad del comportamiento del mismo ante las diferentes personas o situaciones.

◦ Sobre este punto, también hay que recordar que debido a la tecnología es posible validar lógicamente las respuestas de los participantes en el transcurso mismo de la encuesta.

Al aprovechar la curva de impacto del Covid, (quince días) el estudio en línea permite que los resultados parciales y finales puedan ser analizados fácilmente y de modo continuo mientras el campo esta abierto.

Evidentemente hay un sesgo muestral, propio de las encuestas en línea, ya que la población objetivo es más amplia que la muestra que posee los medios y el acceso a Internet.
La tasa de respuesta desciende de forma importante.
El envío masivo de invitaciones para la participación en el estudio puede ser considerado una invasión a la privacidad de los destinatarios.

Sol Cárdenas Arguedas es Doctora en Ciencias Políticas y Sociales y profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. David Martínez es Maestro en Ciencia Política por la Universidad de París (Pantheon) y presidente de Publicaciones La Tecla AC. David Torres Yáñez es politólogo y Maestro en Derecho, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

*Se permite citar, usar y distribuir siempre y cuando se cite la fuente.