La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe sobre los efectos de la pandemia de coronavirus COVID-19 en la atención sanitaria a enfermedades no contagiosas en 155 países, el cual mostró resultados muy negativos.
El principal hallazgo del informe fue que el 53 por ciento de los países han interrumpido parcial o totalmente los programas de tratamiento de la hipertensión, la diabetes y las complicaciones relacionadas con esta enfermedad.
Detalló que el tratamiento para el cáncer se ha visto afectado en 42 por ciento de los países, mientras que en el caso de las emergencias cardiovasculares, la afectación abarca al 31 por ciento de los países.
Además, los servicios de rehabilitación han sido afectados en el 63 por ciento de las naciones, pese a que la rehabilitación es crucial para la recuperación integral de los enfermos graves de COVID-19.
El sondeo se realizó durante tres semanas en mayo, revelando que pese a que el impacto es global, los países más pobres son los más afectados.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, indicó que muchas personas que necesitan tratamiento para enfermedades como cáncer, padecimientos cardiovasculares y diabetes no han recibido los cuidados y medicinas necesarias desde que comenzó la pandemia.
“Es vital que los países encuentren maneras innovadoras de garantizar que los servicios esenciales para las enfermedades crónicas continúen aunque al mismo tiempo estén combatiendo el COVID-19”, explicó.
El informe arrojó que en la mayor parte los países que respondieron la encuesta, alrededor del 94 por ciento, las autoridades sanitarias encargadas de las enfermedades no contagiosas fueron reasignadas parcial o completamente para apoyar la atención del COVID-19.
En la mitad de los países, también fueron pospuestos los programas públicos de monitoreo, como los exámenes de detección de cáncer de mama o útero-cervical.
La OMS destacó que en el 20 por ciento de los países que reportaron interrupciones, éstas se debieron en gran parte también a la falta de medicamentos, pruebas de diagnóstico y otras tecnologías.
La OMS destacó que existe un vínculo entre los niveles de interrupción de los servicios de tratamiento de las enfermedades crónicas y la evolución del coronavirus en los países.
Detalló que los servicios se alteran a medida que un país pasa de los casos esporádicos a la transmisión comunitaria del COVID-19.