Por Jesús Michel Narváez
Marcelo Ebrard se ha llenado la boca por el puente aéreo con China. Ha presumido las toneladas de insumos para el personal sanitario que trata de salvar la vida de miles de personas contagiadas por el Covit-19.
Incluso, ha dado cifras: miles de mascarillas, 220 ventiladores, uniformes y guantes. Y 500 mil pruebas. Y lo ha dicho con voz de tenor: tenemos que cuidar al personal médico.
Sin embargo, las protestas por quienes arriesgan la vida para salvar otras, aumentan.
Ayer mismo personal del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (IMER) bloquearon vialidades y reclamaron la falta de atención de las autoridades por la carencia de equipo para seguir trabajando sin descanso alguno.
Los salvadores de vida, porque eso son, afirmaron que necesitan equipo de protección como cubrecocas N95, guantes, caretas, trajes y botas para evitar el contagio al atender a pacientes contagiados con el virus.
Y la acusación directa: “estamos siendo obligados a reutilizar las mascarillas N95 y los uniformes, cuando todo esto debería ser desechable”.
El reclamo: “No quiero un monumento, necesito equipo de protección” seguido de “Soy enfermero, no quiero morir primero” y “Necesito equipo de protección”.
Y uno más: temen ser despedidos cuando la contingencia sanitaria amaine, por la crisis económica que ya está presente.
Frente a la realidad, el canciller no ha dicho nada. Quedó mudo.
Habría que preguntar ¿cuántos millones de dólares se han gastado en la “adquisición” de insumos de protección para el personal médico?
Porque es el momento en el que nadie ha dicho nada sobre el particular. Ah, eso sí: los recortes a programas no “esenciales” –desde la óptica de Palacio Nacional- continúan pegando a millones de trabajadores al servicio del Estado.
¿Dónde están los recursos del Fondo de Estabilización?…. ¿dónde los recursos de los casi 400 fidecomisos “intervenidos” a inicios de abril?
Aunque se niegue, la opacidad se presentó y dijo: llegué para quedarme con la 4t. La transparencia simplemente no existe. Y mientras se vanagloria don Marcelo de las adquisiciones sin licitación “por tratarse de una emergencia”, los trabajadores de la Salud, con mayúscula, lo mismo de los Institutos Nacionales que de los hospitales y clínicas del IMSS, del ISSSTE, de la Secretaría de Salubridad y de los de Pemex y la CFE, exigen equipo para salvaguardas sus vidas y seguir trabajando para salvar a miles de pacientes contagiados. ¿Alguien tiene una explicación razonable?
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