La jefa del Departamento de Enfermedades Emergentes de la OMS, María Van Kerkhove, advirtió hoy que es erróneo concebir que la COVID-19 actúe por oleadas y es menos virulento en los meses más cálidos, ya que «sigue ahí sin importar la temperatura».
«Llevamos cinco meses de pandemia, y nada indica que el virus vaya a no resurgir en determinados meses», subrayó en rueda de prensa la experta al ser preguntada sobre posibles «segundas oleadas» de COVID-19 en países donde la pandemia ha remitido.
«Lo que sabemos es que nos tenemos que preparar para que el virus pueda resurgir, y no hace falta que sea en meses de invierno. Ya lo hemos visto en varios países, por lo que debemos permanecer en alerta», añadió.
La doctora estadounidense explicó que la mayor complicación en meses invernales no derivaría de una hipotética estacionalidad del coronavirus, sino de que casos de COVID-19 y de gripe se confundan.
«Lo hemos visto en el hemisferio sur, y complica nuestra comprensión del virus, si la gente no es sometida a test no sabemos con qué está infectada la gente y ello podría saturar el sistema sanitario», alertó Van Kerkhove.
Sobre la situación en Sudamérica, una de las regiones donde la pandemia avanza más rápidamente, el director de la OMS para Emergencias Sanitarias, Mike Ryan, indicó que la transmisión es alta en países como Brasil, Chile o Perú.
Añadió que en los países de ésa y otras regiones por ahora la forma más efectiva de frenar la pandemia es con medidas de distanciamiento físico, como los confinamientos, pese a su coste económico y social.
«En muchos países no hay alternativa si no se tiene capacidad para detectar y hacer seguimiento de casos», señaló.
Ryan indicó que algunos países, especialmente en Asia Oriental, fueron capaces de detener la transmisión sin recurrir a confinamientos masivos, pero admitió que esto sólo puede conseguirse en lugares «capaces de poner en marcha medidas extensivas de búsqueda y seguimiento de casos y contactos».