Médicos Privados Fronterizos son Corruptos e Inhumanos

Frontera Norte Ciudad Juárez

*La Administración de Hospitales por la Delincuencia

*Varios Médicos han Trabajado a su Lado con Alegría

*Exhibidos en un Programa de TV de Servicio Social

*Los Samaritanos Narcotraficantes Pagan los Estudios

*Del Poder Político Procede la Rectificación de Este Lastre

Por Rafael Navarro Barrón

Los consorcios médicos de todo el país, y particularmente en la frontera norte de México, no son la excepción en el análisis del primer mandatario del país, que se quedó corto en la descripción que otorgó a los galenos privados mexicanos a quienes llamó “mercantilistas” y los acusó de que “solo buscan enriquecerse”.

Por ser la figura presidencial, quizá Andrés Manuel López Obrador no sea el conducto para criticar a esa casta sangrada y criminal en la que se han convertido los médicos privados del país. No lo puede hacer porque pierde la objetividad y el principio de equidad, como la ha perdido con los periodistas a quienes llama “fifís”, “chayoteros” e “inmorales”.

Historias abundan, muchas de ellas marcan la impunidad del gremio médico, su antiética, los abusos criminales que se manifiestan a través del encarecimiento de procedimientos preventivos y correctivos, estudios, consultas y cirugías.

Y a todas estas linduras del gremio médico, tenemos que agregar, por rigor cronológico, su participación en actos delictivos, vinculados en forma directa, con el crimen organizado que ha operado en esta frontera. A los delincuentes les han administrado hospitales y han sido sus doctores de cabecera.

Por vivir en Ciudad Juárez, vecino inmediato de El Paso, Texas, los médicos cobran en dólares. La moneda mexicana está proscrita en los consultorios fronterizos. No importa quién sea el paciente o el nivel carencial de los que acuden a tocar las puertas de los centros hospitalarios privados de la popular metrópoli.

A diario, durante los últimos 30 años, han sido exhibidos por su voracidad en el programa de servicio social del Canal 44 de Televisión, propiedad del periodista y empresario Arnoldo Cabada de la O. En el emblemático programa llamado “Entrevistas”, los enfermos pobres de la ciudad, los exhiben ante la voracidad médica que exigen, no solicitan, estudios carísimos en los hospitales donde son socios.

A esos elevados precios, los bondadosos doctores, rebajan el 10, el 15 o el 20 por ciento en una concesión graciosa para expresar públicamente su generosidad. Y el programa de televisión se esmera por recoger del público, los 50 pesos, los 100 pesos, muy pocas veces los 500 pesos, de una ciudadanía que, impávida, no da crédito a la voracidad hospitalaria y a deshumanización de los especialistas.

Y en los últimos 30 años, la ciudadanía, el sector público y los samaritanos narcotraficantes son los que se han encargado de pagar los estudios, cirugías y terapias que exigen los inmorales galenos que han levantado importantes emporios para atender a los enfermos desde el sector privado.

A la insinuación del presidente de la república que, literalmente, los llamó ladrones y profesionistas sin escrúpulos, organizaciones, asociaciones e instituciones médicas se sintieron incómodas con la mañanera del gobernante López Obrador quien, a lengua suelta, señaló que durante el periodo neoliberal el personal médico solo buscaba enriquecerse.

“El mercantilismo que desgraciadamente también llegó a predominar en el periodo neoliberal en todo lo relacionado con la salud. Como se decía antes de los médicos que solo buscaban enriquecerse y cuando llegaba el paciente lo primero que hacían era preguntarle ¿Qué tienes? – no pues es que me duele acá doctor – No, ¿qué tienes de bienes?”.

Ciudad Juárez es el vivo ejemplo de esos abusos. Y no hablamos de la neoliberalidad, sino de hechos históricos que han enriquecido al gremio. Nosocomios icónicos como el Centro Médico de Especialidades, Poliplaza Médica, Hospital Ángeles, Star Médica y los hospitales autorizados por el Departamento de Estado de la Unión Americana para realizar exámenes pre-migratorios, son una muestra de la coraza malévola a la que se refería el presidente de la república en la mañanera.

Y qué decir de los cientos de consultorios dentales, otro lastre igual de corrupto. Es allí donde alcanzan la cúspide del total abuso al cobrar en dólares, cuatro o cinco veces más de su valor real, un procedimiento correctivo en las piezas dentales.

En esta ocasión, necesario gritarle al presidente: “¡no se retracte!, señor López Obrador”. Del poder político mexicano es de donde procede la rectificación de este lastre abusivo, criminal e impune como es la medicina privada.

No se trata de imponer una política samaritana, ni de entrar a la competencia médica con prácticas comerciales que maten las negociaciones, se trata de ofrecer un servicio menos abusivo y cruel; se trata de impulsar una simbiosis social, más humanitaria y menos discriminatoria.

No es posible que un médico especialista cobre hasta mil pesos por consulta en una ciudad donde el servicio médico oficial está en ruinas. Y lo peor del caso es que un 70 por ciento de los médicos privados trabajan para el Seguro Social, el Issste y los hospitales del gobierno estatal.

En esa camaleónica actuación ‘profesional’ existe una gran duda ¿por qué el esmero en el sector privado y el desprecio al paciente en los hospitales del gobierno?

No se equivocó, señor presidente. Investigue a los médicos de Ciudad Juárez, sus fortunas, el evidente lavado de dinero en el que incurre una gran parte de ellos, investigue sus procedimientos médicos, entonces, aparte de mercantiles y voraces, estará encontrando en las filas de ese gremio a delincuentes con bata blanca.

Entonces, la mañanera, será un espacio de justicia social para tantos que no se pueden defender de esos inmorales profesionistas, con las respetables excepciones que, estoy plenamente seguro, existen en el país y, por supuesto, en ciudad Juárez.

mcimexico.usa@gmail.com y al teléfono (656) 2873400.

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