Este lunes, la organización Alto al Secuestro informó que hubo una disminución del 34.7 por ciento en el número de víctimas que fueron secuestradas en abril, pues durante ese mes se contabilizaron 111 casos mientras que en marzo hubieron 170, esto debido al confinamiento por la pandemia del coronavirus COVID-19, señaló.
En tanto, las investigaciones de secuestros en México se redujeron 18.1 por ciento en el mes de abril frente al mes de marzo.
La ONG reportó que el estado con mayor incidencia del delito fue el Estado de México, vecino de la capital, que en abril tuvo 23 secuestros, seguido por Veracruz con 17, Morelos con 7, Chihuahua, Ciudad de México, Guerrero, Jalisco y Michoacán con 5.
En tanto, hubo tres estados que reportaron cero secuestros: Nayarit, Sinaloa y Yucatán.
La organización consideró que el hecho de que la gente permanezca en casa debido a la emergencia por coronavirus “ha mermado la actividad criminal de secuestradores”.
Sin embargo, dijo que ello no significa que las autoridades deban “bajar la guardia” sino que es momento de “construir estrategias acordes a las necesidades de cada Estado para que al volver a la realidad, no nos enfrentemos a un nuevo repunte de este delito”.
Del mismo modo, señaló que de los 99 secuestros que se registraron en abril, las autoridades solo registraron 70, con lo que se deja 29.2 por ciento de los casos fuera de la estadística.
Además, señaló que en total 29 de los secuestros solo se registraron en los medios de comunicación por lo que no fueron integrados debidamente en la carpeta de investigación.
También aseveró que si se compara el primer cuatrimestre de 2019 con el de 2020 hubo una disminución de 33.7 por ciento.
Finalmente, indicó que en comparación con los 17 primeros meses de mandato del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) se redujo un 31.22 por ciento este delito en el mismo periodo que lleva en la presidencia Andrés Manuel López Obrador.
México suma al momento más de 49 mil casos y 5 mil 177 muertos por COVID-19.
Las autoridades decretaron la emergencia sanitaria a finales de marzo, ordenando la paralización de actividades no esenciales e implementando medidas de distanciamiento social, si bien la cuarentena no es obligatoria para no perjudicar a los millones de trabajadores informales que viven al día en el país.