De Bruselas a Estambul, miles de personas redescubrieron ayer los comercios considerados hasta ahora como no esenciales, entre otros tiendas de ropa o peluquerías, luego que se suavizaron las medidas de restricción adoptadas para frenar la propagación del Covid-19 y se evitó el colapso de sistemas sanitarios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que la clave es un levantamiento lento y sostenido de los bloqueos, ya que un salto en los nuevos casos de coronavirus podría provocar una segunda ola de contagios. El desconfinamiento es señal del éxito, estimó la OMS, pero instó a mantener una vigilancia extrema.
En Francia, algunos comercios abrieron, millones salieron de casa y regresaron al trabajo para reactivar una economía que lleva dos meses casi parada, pero con medidas de seguridad como el uso de mascarillas obligatorio en el transporte público.
En París, el salón de belleza dirigido por Fabien Provost cerca de los Campos Elíseos ya no ofrece ni café ni revistas a sus clientes, que además deben desinfectarse las manos con gel hidroalcohólico al llegar. Decenas de personas se formaron para entrar a una tienda de ropa Zara en un barrio parisino, de acuerdo con un video que circuló en redes sociales.
Pero tras varios días de disminuciones récord en las muertes diarias (70 el domingo), Francia reportó 263 muertos en 24 horas, lo que elevó el balance a 26 mil 643 fallecidos, ante lo que las autoridades insistieron en las medidas de seguridad.
Este lunes en horas punta, el Metro de París estuvo casi igual de lleno que antes del confinamiento. Será imposible el distanciamiento, dijo Brigitte, una usuaria de la línea dos que pasa por el centro de la capital.
En España, uno de los países más afectados con 26 mil 744 muertes, aunque la cifra diaria va en descenso, reabrieron terrazas, sucursales bancarias y tiendas en el primer día del desconfinamiento, donde, ante la persistencia de riesgos, una parte del país, incluidas Madrid y Barcelona, siguen bajo las restricciones.
Esto se echaba mucho de menos, dijo Jesús Vázquez, un obrero de 51 años, quien pidió un sándwich y una cerveza en una terraza en Tarragona, Cataluña.
Ante la esperada avalancha de consumidores, la calle Neuve, la gran arteria comercial de Bruselas, capital belga, amaneció con una línea de vallas en el centro para separar el sentido de circulación de los clientes.
Necesito unos jeans. Monto mucho en bicicleta desde hace dos meses y sólo tengo unos usados, explicó Brigitte Szekely, de 61 años, esperando en la entrada de un comercio en la comuna bruselense de Ixelles.
En Estambul, la agenda del barbero Sadettin Celikcioglu, quien reabrió en el barrio de Nisantasi, estaba llena hasta la noche.
Alumnos, maestros y profesores volvieron ayer a las aulas en varios países europeos, con la excepción notable de Italia, mientras la OMS pidió a los países que tengan cuidado, ya que todavía no se sabe con exactitud la transmisión y la gravedad del coronavirus en los niños.
Empleados, obreros, empresarios, policías y sindicalistas en Reino Unido estaban confundidos ante las instrucciones del gobierno de Boris Johnson de regresar a trabajar ayer, pero sin acercarse a otras personas ni usar el transporte público.
La pandemia dejó ayer 285 mil 445 muertos, 4 millones 168 mil 427 personas contagiadas y un millón 452 mil 626 pacientes recuperados en el mundo, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, anunció el fin, a partir del martes, del periodo de desempleo pagado, dando señal de una salida paso a paso de las restricciones del confinamiento, pese a que el país registró ayer más de 11 mil casos diarios de coronavirus.