Boris Johnson, que acaba de volver al trabajo tras su convalecencia por COVID-19, y su prometida Carrie Symonds tuvieron un bebé el miércoles, una inesperada «buena noticia» para un Reino Unido duramente golpeado por una pandemia que suma más de 26 mil muertos.
El pequeño nació «en un hospital de Londres esta mañana temprano» y está «muy bien» al igual que su madre, anunció una portavoz, creando sorpresa ya que el nacimiento no se esperaba tan pronto.
El primer ministro, que ahora tiene un nuevo motivo para no dormir, estuvo presente en el parto, confirmó Downing Street.
Johnson, de 55 años, estuvo hospitalizado este mes -incluidos tres días en cuidados intensivos- debido al coronavirus y Symonds, de 32 años, también tuvo la enfermedad en las últimas semanas de su embarazo aunque se recuperó en casa.
ohnson tiene cuatro hijos de su segunda esposa, Marina Wheeler -una abogada de renombre con quien alcanzó recientemente un acuerdo de divorcio-, y su hija mayor es cinco años más joven que Symonds.
La pareja había anunciado el 29 de febrero que esperaban un bebé «para principios de verano» y que iban a casarse próximamente.
El primer ministro tiene otra hija, fruto de una relación extramatrimonial de 2009 y se niega a responder ante la reiterada pregunta de si tiene más vástagos.
Separado de Wheeler desde 2018, anunció públicamente su relación con Symonds a principios de 2019, antes de convertirse en líder del Partido Conservador y primer ministro.
Dos de sus predecesores en Downing Street, el conservador David Cameron y el laborista Tony Blair fueron padres mientras dirigían el gobierno. Johnson debe, sin embargo, convertirse en el primero que se casa durante su mandato.
«El primer ministro prevé tomarse algún tiempo de baja por paternidad más adelante este año», afirmó su portavoz.