En México sí es posible elaborar una vacuna contra COVID-19 en entre 12 a 18 meses, en el mejor de los escenarios, afirmó la especialista en química farmacéutica bióloga, Gabriela Molina Oliva.
«Considerando el mejor escenario en el que se podrían acortar los tiempos de evaluación en las fases clínicas debido a la emergencia de salud, y que, en este sentido, la parte legal también serían apoyada, se considera un tiempo estimado de 12 a 18 meses para contar con una vacuna disponible para registro», indicó la especialista.
Señaló que ya existen grupos de investigación en el país que se encuentran trabajando en ese propósito y aunque hay centros de investigación que cuentan con la infraestructura para el diseño y desarrollo de vacunas, es necesaria la participación de biofarmacéuticas para la producción masiva de las mismas.
La también docente de la Universidad del Valle de México (UVM) detalló que para elaborar la vacuna se necesita conocer a este nuevo patógeno para describir su ciclo de vida y virulencia. Sin embargo, los avances en el campo de la biología molecular han permitido contar con la información genética del virus en tiempo récord.
«Además, contamos con la misma información de diferentes países en los bancos de datos que se actualizan día con día. Esto nos ayuda a construir una «fotografía» fidedigna del nuevo virus», señaló.
Molina Oliva explicó que el proceso para el desarrollo del biológico implica también determinar cuáles son las poblaciones más vulnerables y la respuesta inmunológica más eficiente, lo que permitiría seleccionar un tipo de vacuna que sea eficaz.
La conformación de un equipo transdisciplinario aumentaría el éxito de un proyecto así, añadió, ya que se requiere de la integración de muchos datos que ayuden a describir y comprender los mecanismos generados por la vacunación. Todas estas evaluaciones se realizan en las fases clínicas.