Por Gerardo Lavalle
Sin que viniera el caso, el presidente Andrés Manuel López Obrador, llamó a los criminales a no repartir despensas y bajarle a sus acciones de violencia.
El presidente aumenta las becas, los apoyos supuestamente a los adultos mayores e incrementa los recursos para sus programas sociales.
Los criminales hacen lo mismo: buscan conservar su base social
El presidente quiere fortalecer el ejército de votantes… los otros mantener la relación con quienes los protegen y les avisan de los operativos ordenados por el gobierno federal para capturar a quienes los representan.
Para el presidente todo es válido si responde a sus programas sociales y no importa el resto de la población.
Para los cárteles de la droga y el crimen organizado simplemente es actuar como siempre: atendiendo lo que el gobierno olvida.
Pero a López Obrador le irrita que su programa de seguridad pública fracase ante la embestida criminal que realizan los diferentes grupos delincuenciales que actúan en el país.
Quedó demostrado a lo largo de 16 meses de gobierno que el programa para combatir la violencia no ha funcionado y que contrario a sus principios de campaña e inicios de gobierno ha seguido la misma estrategia para frenar la ola de violencia y como en el pasado también ha fracasado.
Dice López Obrador que hay que ir al origen del problema y rescatar a los jóvenes que son enganchados por los grupos criminales. Sin embargo, hasta ahora y con todas las reuniones de madrugada qué celebra con el gabinete de seguridad, los resultados son poco menos que en unos. Porque los criminales sí están en los orígenes: el olvido y la marginación generada por los gobiernos.
Y aunque reparte dinero a manos llenas, dinero público que surge del pago de impuestos de los mexicanos, la violencia se incrementa cotidianamente y no lo decimos nosotros sino los datos oficiales del Secretariado de Seguridad Nacional.
Pide a los criminales que le bajen pero él aumenta los recursos para sus bases electorales. Y ellos para conservar su apoyo social.
Como se diría en las rancherías: que jalen la carreta con los bueyes de mi compadre.
Señor presidente: deje de manipular a la sociedad con sus falsos argumentos que a nadie, excepto su ejército de votantes, beneficia.