La agencia mexicana HR Ratings informó acerca de los primeros efectos de la pandemia de coronavirus COVID-19 sobre la inflación y la caída en los precios de los energéticos en el país.
En un comunicado, explicó que durante marzo el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) mostró una deflación mensual de 0.05 por ciento, lo que se tradujo en una desaceleración de la inflación anual de 45 puntos base (pb) con respecto a febrero, al ubicarse en 3.25 por ciento.
Lo anterior, dijo, debido a la menor inflación del subíndice no subyacente de 2.19 por ciento anual, y en menor medida por un ligero retroceso de la inflación subyacente que terminó en 3.6 por ciento contra un 3.66 por ciento en febrero.
La agencia destacó la desaceleración de la inflación no subyacente, la cual se atribuyó a la deflación de 6.4 por ciento anual en los energéticos, a pesar de un mayor incremento en los precios de las tarifas autorizadas.
Mientras tanto, la inflación de los agropecuarios (9.96 por ciento) mitigó la caída de los precios de los energéticos sobre el índice no subyacente, por lo que estimó que la inflación general se habría ubicado en 2.23 por ciento.
HR Ratings indicó que aún no se aprecia un efecto evidente en la inflación subyacente ante el impacto que tuvieron las medidas de aislamiento sobre los precios durante marzo. Sin embargo, se puede observar que el incremento mensual de 0.22 por ciento de este componente se ubica muy por debajo del promedio de 2003 a 2019 de 0.53 por ciento, lo que representa la menor inflación del componente de otros servicios para un mes de marzo desde el 2011.
Añadió que esto “es congruente con el impacto negativo en la demanda de servicios de restaurantes, hoteles y turismo, como producto de las medidas de distanciamiento social y aislamiento durante la segunda quincena de marzo; esto último a pesar de la fuerte depreciación del tipo de cambio experimentado durante el mes”.
Destacó que el efecto de la recesión sobre los precios apenas comienza y pese a que la inflación subyacente presenta inflexibilidad a la baja, se prevé una desaceleración de la inflación de los servicios durante el segundo trimestre de 2020, ante una brecha más negativa del Producto Interno Bruto (PIB).
El precio promedio diario de las gasolinas y diésel mostraron una fuerte durante la segunda quincena de marzo, lo que explica la deflación de 6.4 por ciento anual en el genérico de energéticos del INPC.
Indicó que el movimiento en el precio de los combustibles se explica principalmente por tres variables: el precio internacional de las gasolinas, el movimiento en el tipo de cambio peso-dólar y el cambio en la cuota del IEPS por litro.
La caída en el precio de las gasolinas a partir de la segunda quincena de marzo implica que el efecto que dominó fue la caída en el precio internacional de las gasolinas derivado del colapso de los precios del crudo, por encima de la depreciación del tipo de cambio.