Los fármacos fueron desarrollados por el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, con sede en Beijing, destacó la agencia Xinhua.
Según las autoridades ya se iniciaron las pruebas clínicas de ambas vacunas, que representan la primera partida de dosis para la neumonía COVID-19 del país que alcanzan la autorización de pruebas clínicas.
Los fármacos recurren en el uso de versiones muertas del nuevo patógeno para proporcionar la inmunidad, y las vacunas desarrolladas mediante dicha técnica cuentan con ventajas en cuanto a un proceso de producción maduro, estándares de calidad controlables y una amplia gama de protección.
Las vacunas pueden ser utilizadas a gran escala y su seguridad y eficacia pueden ser juzgadas a través de estándares internacionales.
China representa una sólida base para la investigación en el campo de las vacunas inactivadas, utilizadas ampliamente para luchar contra la hepatitis A, la influenza, la enfermedad de mano, pie y boca, así como la poliomielitis.