“México unido resistirá y saldrá adelante”, se lee en los vitrales del hotel Barceló, ubicado en la esquina de Reforma y Avenida de la República, que cerró ante la contingencia por Covid-19. La iniciativa de los hoteleros capitalinos para mandar un mensaje de solidaridad también incluye la cooperación para abrir sus puertas y convertirse en hospitales.
“Se cooperará en lo que se pueda”, manifestó Rafael García González, presidente de la Asociación de Hoteles de la Ciudad de México en entrevista con este diario. Hasta el momento las autoridades capitalinas o federales, no han planteado oficialmente a los hoteleros locales la posibilidad de convertir sus centros de hospedaje en hospitales para atender enfermos del Covid-19, aunque los empresarios están dispuestos.
Comentó que este panorama se ha planteado ante el tamaño de la emergencia e incluso prevé que cuando llegue la Fase 3 de la emergencia sanitaria, seguramente las autoridades echarán mano de lo que haya. García González recordó que esta medida ya se tomó en otros países, por lo que es posible que México entre a este grupo de naciones.
Aunque están abiertos a la cooperación, también buscan con las autoridades cómo proteger a su gremio. El presidente de la asociación advirtió un panorama muy triste y sombrío para dicho sector, pues dio a conocer que 90 por ciento de los negocios de ese tipo de negocios en la capital ya cerraron sus puertas en medio de pérdidas millonarias y pocas posibilidades de que haya una recuperación rápida.
García González dijo que el futuro de sus empleados es una de las principales preocupaciones de los dueños de los negocios, porque tienen que llevar comida a sus casas.
“No vemos cómo sortear la crisis, porque cerramos de golpe y las reservas que tenemos, como la mayoría de los empresarios, se van ir primero a la nómina más que nada, pero también tiene un límite. Un hotel cerrado a lo mejor puede sobrevivir 15 días, un mes o mes y medio, pero al segundo mes nadie va a poder sobrevivir con la nómina y menos con los impuestos”, expresó.
En cuanto al pago de impuestos, anticipó que se diferirán con el riesgo de que les apliquen multas y recargos, porque los hoteleros no tendrán liquidez pronto y recursos para afrontar los pagos sucesivos, por ejemplo, de rentas. “Aunque estén cerrados, hay que dar mantenimiento a elevadores, sistemas de aire acondicionado televisores; pagar cuotas de seguros y otros gastos directos e indirectos”.
En lo que se refiere al tiempo de recuperación, recordó que la ciudad traía un ritmo de ocupación del 75%, por lo que los optimistas dicen que el sector se recobrará en un año; mientras que los pesimistas pronostican que dos, porque la llegada de clientes será gradual.
Recalcó que tras una caída vertical, la levantada será lenta, porque la reactivación de la economía no va a ser fácil, pues está muy dolida, por lo que consideró que este año ya fue perdido para el sector.